Por esta razón utilizan las corrientes térmicas para elevarse y mantener los largos planeos que necesitan para patrullar grandes extensiones en busca de carroña.
Además, los científicos hallaron en la orina del buitre amoníaco, el cual con seguridad le sirve para exterminar a casi todas las bacterias con las que inevitablemente establece contacto mientras se alimenta.
El dedo posterior es rudimentario y está colocado más alto que los tres delanteros.
Todos se alimentan de carne, pero parece ser que el último come también vegetales podridos o muy maduros.
Los buitres del Viejo Mundo suman catorce especies, incluidas en ocho géneros, todos, menos uno, monotípicos.
Los típicos buitres del género Gyps, gregarios y devoradores de carroña, incluyen siete especies que viven en espacios abiertos o áreas montañosas, en todo el sur de Europa, en Asia y en África.
Sin embargo, el buitre común indio Gyps indicus, presenta hábitos intermedios, por lo cual es preferible agruparlos a todos en un solo género.
Sin embargo, todos localizan a sus presas exclusivamente mediante la vista, y no con el olfato.
Como localizan a sus víctimas mediante la vista, no pueden hacerlo en zonas boscosas y, dado su poco sentido del olfato, no encontrarán un animal muerto, aunque este se halle en un espacio abierto, si está cubierto por algún matorral o por hierbas.
Se sospecha que matan algunos animales pequeños y desde luego, polluelos, e incluso adultos, de flamenco.
Quizás los que más se les parecen en este aspecto son los cóndores del Nuevo Mundo.
Generalmente, los buitres comienzan alimentándose a través de los orificios naturales del cadáver, como orejas y ano, por lo que están expuestos a todo tipo de bacterias que para otro animal resultarían peligrosas.
[4] Los egipcios miraban con mucho respeto esta ave y la tenían como un símbolo de Nest.