[4] Otro caso que puede darse es la petrificación, transformación del cadáver en material pétreo debido a la infiltración por hidrioxipatita y carbonato cálcico.
Otro camino, opuesto al anterior, es cuando el cadáver queda en un ambiente de humedad relativa, pero estéril en donde la putrefacción se detiene para dar paso a la momificación natural, ya sea en una turba como es en el caso de la Momia del pantano, primero se produce una saponificación (transformación de los tejidos en jabones mediante la grasa) y luego una fase plástica, durante la cual las partes blandas se transforman en algo parecido a la plastilina.
El cadáver corificado se diferencia del momificado en que es más blando y flexible.
En la mayoría de los casos, las enzimas necesitan un ambiente acuoso para trabajar, pero si la temperatura es demasiado alta, el cuerpo se deshidrata antes de que puedan entrar en acción las enzimas, y esto da lugar a la momificación.
[3] Puede ocurrir también que por una baja temperatura ambiental el cuerpo se preserve con pocas variaciones importantes.
El frío intenso y prolongado puede propiciar una conservación del cadáver prácticamente indefinida.
Por otra parte, la rápida congelación en nitrógeno líquido a -196 °C, permite la conservación en condiciones vitales de material biológico, para su posterior empleo en trasplantes o investigación.
[7] La perfecta conservación del cadáver permite su identificación, pero una vez producida la descongelación, los fenómenos cadavéricos muestran un curso acelerado, por lo que la autopsia no debe posponerse.
La Iglesia católica, entre otras, ha considerado tradicionalmente la incorruptibilidad cadavérica de determinados personajes, particularmente santos y beatos, como un signo milagroso de su santidad, y por esta razón son muchos los cadáveres llamados incorruptos que se veneran en santuarios católicos.
[nota 1] Otros cadáveres se exponen en su estado natural y es apreciable el deterioro de los mismos.
[nota 2] Existen igualmente cadáveres incorruptos que no han recibido tratamiento alguno y se conservan bien.
En los dos primeros casos se intentó acelerar la descomposición con cal para que su traslado pudiera llevarse a cabo más conveniente, e higiénicamente, queriendo transportar solo sus huesos, en lugar de cadáveres medio podridos.
[11] San Charbel Makhlouf fue enterrado sin féretro, como está recomendado en la regla de su orden religiosa.
Su cadáver, que se ha preservado perfectamente como cuando estaba vivo, y flexible por más de setenta años, emite constantemente un bálsamo perfumado.
[12] La conservación del cadáver de san Colmano es bastante notable debido a que su cuerpo permaneció suspendido de un árbol en el cual había sido colgado por un período tan largo (18 meses) que los pobladores lo hallaron francamente milagroso.
Su cadáver fue rápidamente enterrado por católicos en una bóveda bajo la iglesia jesuita de Pinsk, donde fue encontrado cuarenta años después perfectamente preservado, a pesar de las heridas abiertas, que normalmente favorecen y aceleran la corrupción.
[15] La exudación de perfumes es el fenómeno más frecuentemente reportado como suceso del todo extraño a un cadáver.
En los cadáveres conservados por momificación, ya sea esta natural, o artificialmente provocada, no se observa el fenómeno de la flexibilidad.
Cuarenta y tres años después del fallecimiento de san Germán de Pibrac, mientras unos trabajadores preparaban la tumba para otro ocupante, una herramienta que estaban utilizando se resbaló y dañó la nariz del santo, haciéndola sangrar.
Estas esculturas, las cuales unifican el culto a las reliquias con la imaginería religiosa, constituyen recipientes en cuyo interior se custodian los huesos (por lo general el esqueleto íntegro o casi en su totalidad) de un santo o mártir cristiano.
Se presenta anexo de los santos que ha permanecido incorruptos en diferentes Tiempos y circunstancias.