Inocencia (mártir)

[1]​ Un día, la monja que impartía las clases escuchó rezos fuera de la casa.

Cuando todos estuvieron listos para recibir el sacramento, Inocencia, quien no sabía si informar a su padre o no de dicho acontecimiento, consultó sus dudas con la monja, quien le dijo: «Es mejor tener al bien aliado, que al mal».

Tras darle la noticia, el progenitor, quien estaba de espaldas, se dio la vuelta y le clavó un cuchillo en el pecho, huyendo a continuación.

Los vecinos, alertados al oír un grito, acudieron a la casa y vieron el cadáver de la niña en el suelo, el cual trasladaron a la Catedral de Guadalajara, donde horas antes Inocencia había hecho la primera comunión.

Sr. Arzobispo D. Francisco Orozco y Jiménez dispuso que la reliquia de Santa Inocencia pasara a la Iglesia Catedral.

Respecto a la efigie, la misma no parece estar realizada en cera, como es habitual en los cuerpos relicario, puesto que los desconchados y la superficie irregular y porosa del rostro indican que la figura está realizada probablemente en otro material, como yeso o papel maché, circulando la leyenda de que a la estatua se le cortan regularmente el pelo y las uñas debido a que le crecen, si bien el cabello es en realidad una peluca.

En una grabación efectuada al parecer por un turista, se puede apreciar cómo la estatua de la santa abre los ojos y mira directamente a la persona que está grabando.