Es el primer caso conocido en la historia de estigmatizaciones visibles y externas.[12][n 2] Fue canonizado por la Iglesia católica en 1228, y su festividad se celebra el 4 de octubre.Entre algunas versiones, fue la afición a esta tierra por lo que su padre lo apodó después como Francesco o el francesito;[17] también es probable que el pequeño fuera conocido más adelante de este modo por su afición a la lengua francesa y los cantos de los trovadores.En sus años juveniles, Asís ya estaba envuelta en conflictos para reclamar su autonomía del Sacro Imperio Romano Germánico.Así lo hizo y volvió ante la sorpresa de quienes lo vieron, siempre jovial pero envuelto ahora en meditaciones solitarias.El punto culminante de su transformación se dio cuando convivió con los leprosos, a quienes tiempo antes le parecía «extremadamente amargo» mirar.Según los relatos, lo hizo después de haber escuchado al crucifijo de esta iglesia decirle: «Francisco, vete y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas».[28] Al ausentarse el airado padre por los negocios, la madre lo liberó de las cadenas.Cuando regresó, fue ella quien recibió las reprimendas del señor de la casa, y fue otra vez en búsqueda del muchacho a San Damián, pero Francisco se plantó con calma y le reafirmó que enfrentaría cualquier cosa por amor a Cristo.[29] No se sabe con certeza cuántas iglesias en ruinas o deterioradas reconstruyó; entre ellas, a la que más estima tenía era la capilla de la Porciúncula (“la partecita”, llamada así porque estaba junto a una construcción mayor).[31] Así, cambió su afán de reconstruir las iglesias por la vida austera y la prédica del Evangelio.En unos meses sus discípulos fueron once: Bernardo di Quintavalle, Pedro Catani, Gil, Morico, Bárbaro, Sabbatino, Bernardo Vigilante, Juan de San Constanzo, Angelo Tancredo, Felipe y Giovanni de la Capella.Comenzó también la expansión del mensaje evangélico, y para ello los estimuló a viajar de dos en dos.Fue bajo la intervención del obispo Guido de Asís como pudo tener audiencia con el papa.Camino de vuelta a Asís, él y sus acompañantes se ubicaron en un lugar llamado Rivotorto, donde consolidaron sus principios de vivir en la pobreza, conviviendo entre los campesinos locales y atendiendo a leprosos; desde entonces se hacían llamar a sí mismos Hermanos Menores o Frailes Menores (el nombre fundacional de la congregación es Ordo Fratrum Minorum, abreviado O.F.M.).Después de la estadía en Rivotorto, buscó una sede para su orden; para ello pidió la ayuda del obispo Guido, pero no consiguió respuesta favorable.Fue un abad benedictino del Monte Subasio quien le ofreció la capilla de la Porciúncula y un terreno adyacente (propiamente la partecita, la porcioncita).Mantenedlos así, aún en contra de su voluntad, si Vuestra Eminencia los considera útiles para la Iglesia.Obtuvo Francisco esa gracia del papa para que la peregrinación se realizara una vez al año, pero bajo fuerte oposición, puesto que pocos lugares podían disfrutar de tan alto privilegio.[47] Continuó su estadía y el aprecio hacia su persona crecía, incluso algunos caballeros abandonaron las armas para convertirse en frailes menores.Para ello se acompañó del hermano Illuminato para adentrarse en esas tierras; al encontrarse con los primeros soldados sarracenos fue golpeado, pero inmediatamente pidió ser llevado ante el sultán de Egipto al-Kamil al-Malik.[50] Durante su ausencia, la orden sufrió una crisis: hubo disensiones, falta de organización y desacuerdos con la ruda vida diaria.Aunque no fue la primera celebración de este tipo, es considerada un importante acontecimiento religioso, una fiesta única.Estando en la cima, fue visitado por el conde Orlando de Chiusi, quien llevaba provisiones a los hermanos.Francisco le pidió construirle una cabaña a manera de celda, donde después se aisló.Al saber que era espiado, decidió irse a un sitio más apartado en una saliente de montaña.Por órdenes del poverello, fray León lo visitaba dos veces para llevarle pan y agua.[63] Mientras tanto, su salud —que desde mucho tiempo antes nunca fue buena del todo— empeoraba: El sangrado de sus heridas lo hacía sufrir constantemente.Durante esta temporada compuso el Cántico de las criaturas, que hizo también cantar a sus compañeros.[97] Varias ciudades del mundo tienen a san Francisco de Asís como su santo patrono.
La aprobación de la Regla franciscana por Inocencio III
, fresco de
Benozzo Gozzoli
(1452), conservado en el complejo de Museos de San Francisco en
Montefalco
(Italia). Cuando Francisco se presenta ante el papa Inocencio III, el pontífice da una aprobación oral de la misma, a este primer documento se le conoce como
Porpositum
o
Primera regla
Francisco de Asís, de Francisco Pacheco (Museo de Bellas Artes de Sevilla)
Francisco dando un sermón a las aves, fresco de
Giotto
en la Basílica dedicada al santo