Del siglo VI, se conoce una miniatura que ostensiblemente representa la crucifixión con varios detalles de la misma.
[2] Como objeto manual equivalente a un crucifijo existe la Cruz Vaticana del siglo VI que se tiene por la más antigua.
En las figuras de la crucifixión que desde el siglo VI van repitiéndose hasta el X o el XI, se representa comúnmente a Jesús vestido con túnica sin mangas.
Sin embargo, son muy numerosos en una u otra forma los del siglo XI en adelante.
Se destaca también el arte barroco hispanoamericano que le imprimió al clásico crucifjo europeo el sello de artesanos indígenas y criollos.
En México, en su periodo virreinal, fueron creadas cruces atriales, con el fin de evangelizar a los indígenas.