El Cristo de San Damián está datado en el siglo XII.La tradición católica refiere que, cuando san Francisco rezaba ante esta imagen hacia el 1206, Cristo le dijo que reparase su casa, que se encontraba en ruinas, tras lo cual san Francisco llevó a cabo la reconstrucción del templo.[2] En los laterales de estos santos, y a menor escala, están Longinos, que atravesó el costado de Cristo con la lanza, y Stephanatus, que le dio la esponja con vino y hiel para que bebiese.[4] En 1205 partió a Pulla como soldado, deteniéndose en Espoleto, donde tuvo una revelación religiosa.En 1206, cuando rezaba frente al Cristo Crucificado de la iglesia de San Damián, escuchó la voz de Cristo que le dijo: "Francisco, ve y repara mi casa que, como ves, está toda en ruinas".