Golpeado por una enfermedad febril que le ha obligado a dejar la guerra entre Asís y Perugia, Francisco vuelve a casa como un joven cambiado y se encuentra en la cama atormentado por visiones de su pasado cuando era un joven arrogante bullicioso.
Francisco se dirige al sótano donde se encuentra el negocio familiar, al rechazar la oferta de su padre para hacerse cargo, deja salir a los trabajadores fuera del edificio para disfrutar de la luz del día.
Pietro, completamente frustrado, arrastra a Francisco al palacio del obispo y humilla a su hijo delante del obispo de Asís y el resto de la población.
Otros dos amigos, Silvestro y Giocondo, admirando nueva vocación de Francisco, ayudan a reconstruir San Damián.
Candace Glendenning también hizo la prueba para el papel, pero se consideró que tenía un «aspecto demasiado exótico».
La película fue nominada al Oscar a la mejor dirección artística (Lorenzo Mongiardino, Gianni Quaranta, Carmelo Patrono).
El crítico del New York Times Vincent Canby escribió que la película «confunde la simplicidad con la sencillez».
Ambos periodistas criticaron especialmente la escena en la que Francisco se presenta ante el papa Inocencio III, calificándola de llamativa y excesiva.
Ebert escribió: «¿El Papa siempre tiene 200 teólogos a la mano solo para tener una audiencia para unos pocos monjes descalzos?».
Sin embargo, Christopher Hudson de The Spectator calificó a Hermano Sol, hermana Luna como «una película hermosa y simple» y elogió especialmente su cinematografía, aunque reconoció «las limitaciones del guion».