Mientras vivió Alfonso XI, su amante Leonor consiguió títulos y privilegios en número exagerado para sus hijos tenidos con el rey.En busca de explicaciones se recurrió a todo tipo de causas mágico-imaginarias, como un castigo divino a los cristianos por permitir la presencia de la raza deicida (los judíos) y su influencia cerca del trono; lo cierto es que estos sufrieron mucho más los trastornos de la guerra civil entre el heredero legítimo y los hermanos Trastámara: Pedro I favorecía la convivencia entre cristianos, moros y judíos, y encargó del tesoro real y del cobro de impuestos a un judío, Samuel ha Leví.Aunque Leonor y sus hijos llegaron a un acuerdo con Pedro I para integrarse pacíficamente en su corte, la situación siguió siendo inestable.[3] Poco después él y sus hombres pasaron a militar en las filas de Pedro IV de Aragón en la guerra que este mantuvo contra Castilla (1358).Atacado Aragón de nuevo, Enrique acudió en su ayuda, pero a cambio de que se le apoyara para destronar a su hermanastro Pedro, a quien despreciaba llamándole "Pero Gil / Peregil", según Menéndez Pelayo, aunque en ningún documento consta tal anécdota, que parece infundada.Así, negó al rey de Aragón todas las cesiones territoriales que le había prometido en los tiempos difíciles.En política interior, inició la reconstrucción del reino, protegió a los judíos tras haberlos perseguido en la guerra civil, aceleró la transformación de la administración real y convocó numerosas Cortes.El sepulcro del rey está colocado sobre la sillería del coro, en el lado de la Epístola, y es un sepulcro adosado de estilo plateresco.La caja del sepulcro está adornada con los escudos de Castilla y León, y en la parte baja del interior del lucillo de enterramiento están colocados tres paneles decorados con trofeos, y sobre los tres paneles dos niños que aparecen sujetando la cartela que contiene el epitafio del monarca:[8]Sobre el sepulcro está colocada la estatua yacente que representa a Enrique II, realizada en alabastro policromado.El rey calza chapines y sus pies reposan sobre un león acostado.