Portillo cuenta aún con tres de las siete iglesias que llegó a tener.
Portillo resulta un pueblo acogedor, en el que poder pasar varios días disfrutando de su arte, su cultura y su entorno, ya que existen varios lugares de alojamiento y restauración en los que degustar los buenos platos de la cocina castellana.
Mención aparte tienen los dulces artesanales elaborados en este municipio, entre los que destacan los mantecados de Portillo, los bollos blancos y las ciegas.
Otra hace referencia a «Nivaria» nombre de origen vacceo.
Las primeras noticias sobre la villa aluden doña Sancha quien otorgó el lugar al obispo Ponce y los canónigos de Palencia.
El colegio público, también se llama Pío del Río Hortega y recibe alumnos a su vez, de Camporredondo, Santiago del Arroyo y Aldea de San Miguel.