Se formó en la escuela palentina de escultura, muy floreciente durante los siglos XV y XVI.
La primera pieza que conforma este conjunto escultórico es la puerta de entrada a la propia capilla.
Realizada en madera de nogal, su decoración plateresca combina escenas sacras en casetones con figuras profanas, así como grutescos y decoración a candelieri, motivos característicos de esta etapa.
La escena más llamativa quizá sea la Piedad, ubicada en la calle central, justo encima del sotabanco.
Los cenotafios que decoran las paredes de la capilla, son quizá lo más significativo.
Sin embargo, el cenotafio más monumental e imponente es el del obispo Gutierre Carvajal y Vargas.
Todo el cenotafio está decorado con pequeñas esculturas, el desarrollo arquitectónico del mismo es igualmente estimable.