La Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén (Valladolid)

Esto motivó que se empezasen a fabricar varios conjuntos de rudimentaria factura, denominados «de papelón» (cartón piedra) por Tomé Pinheiro da Veiga en su obra Fastiginia (1605), término no demasiado adecuado puesto que en su mayoría las esculturas poseían un armazón realizado en madera recubierto de cartón encolado y telas enyesadas posteriormente policromadas, siendo la cabeza, las manos y los pies también de madera, los cuales se sujetaban al armazón mediante pernos y anclajes.

[6]​ La celebración del Domingo de Ramos cuenta con un precedente en Europa muy poco conocido en la actualidad del que se conservan numerosos vestigios escultóricos: estos son los denominados Palmesel,[4]​ cuya traducción literal sería «asnos de palma».

[2]​ No obstante, Hernández Redondo considera que la escena actual se debe a una profunda intervención acometida hacia 1600 puesto que la cabeza de la imagen que posiblemente representa a San Pedro (con ojos oblicuos y cabello conformado por voluminosos rizos) y las tres esculturas ataviadas con botas altas y jubón son diferentes a las imágenes de Jesús, San Juan y el discípulo que tiene ambos brazos abiertos[4]​ (tal vez representativo de Santiago el Mayor),[2]​ figuras que exhiben un rostro distinto, con una cabellera notablemente más lineal y un tamaño ligeramente superior al resto de figuras, circunstancia que permite vincular por un lado las cuatro primeras tallas con el estilo de Giralte pese a variar en gran medida con respecto a la calidad de sus obras personales, y por otro fechar las tres últimas figuras en una etapa posterior.

Al parecer la obra no desfiló durante varios años debido a que supuestamente no se celebró la Procesión de las Palmas, o en caso de celebrarse este desfile se hizo sin el paso.

En 1897 el conjunto fue llevado en procesión hasta la Iglesia de San Miguel para los oficios litúrgicos, realizándose después un recorrido desde la catedral hasta la Iglesia de la Santa Vera Cruz, trayecto que efectuaría por varios años.

Tal y como quedó registrado, el paso salió de la iglesia penitencial a las 9:00 horas, desfilando por «Cantarranas, Damas.

Celebrados los Oficios volverá por las calles de San Ignacio, San Benito, Rinconada, Manzana, Plaza Mayor, Victoria, Alfonso XII, Regalado, Orates, Fuente Dorara, Quiñones, Lonja y Platerías hasta la Penitencial de la Cruz».

En el libro Semana Santa Valladolid 1924: única guía oficial (1924) se puede apreciar una instantánea del grupo en un retablo de la Iglesia de la Santa Vera Cruz, ubicación bastante llamativa puesto que en la actualidad se exhibe en su carroza.

[4]​ Todas las figuras (salvo los animales, realizados enteramente en madera)[10]​: 74  cuentan con un torso en forma de maniquí recubierto con cartón y telas enyesadas posteriormente pintadas al óleo, en las que se procuró crear pliegues de la forma más objetiva posible, con la cabeza, las manos y los pies tallados en madera.

Varias de las imágenes lucen prendas típicas del siglo xvi (jubón, calzas y borceguíes) mientras que otras figuras visten túnica y manto, hallándose los pliegues en este caso dispuestos de manera más ampulosa.

Por su parte, la actual policromía de las telas, en las que predominan tonalidades planas y orlas doradas, parece ser del siglo xviii.

Fotografía del paso extraída del libro Semana Santa Valladolid 1924: única guía oficial (1924).
Fotografía del paso frente a la casa consistorial (primer tercio del siglo xx ).
El paso en procesión durante la Semana Santa de 2010.