Algunos historiadores proponen que llegó a ser el desarrollo de alguna villa o granja agrícola cuyos propietarios habitaban en Cabezón.El nuevo asentamiento que comenzó a conocerse como Valaolit[2] estaba situado en una pequeña elevación cerca de la desembocadura del río Esgueva en el río Pisuerga.[3] La iglesia de San Miguel existía desde el primer cuarto del siglo XI, junto con la otra parroquia de San Julián y Santa Basilisa situada a escasos metros.Dos años más tarde surgió la primera oferta del mejor postor en 6.000 reales.En el de San Miguel se organizó una plaza pública que conservó ese nombre; durante años fue respetada como centro histórico, rodeada de casas muy antiguas.En el siglo XX se levantó un edificio de varias plantas para vivienda.[nota 4][13] Ensalza el escritor Canesi la capilla mayor que tenía «muy buena escultura, toda dorada»; tenía la imagen de bulto de San Miguel en el centro del altar mayor por encima del sagrario.Otra cofradía muy popular fue la de los Abades, fundada por el conde Ansúrez.[14] Son de gran interés las descripciones hechas en las visitas pastorales —visitas que hacen los obispos a sus parroquias, que dejan escritas todas las actividades y descripciones de todo tipo— entre los años 1603 y 1679; puede leerse cómo el presbiterio tenía su altar mayor elevado sobre una bóveda rebajada y cómo se ordenó cambiarlo y colocarlo a la misma altura del suelo, igual que en el resto de las iglesias.[16] En esos años los documentos se habían multiplicado así que fue preciso emplear dos arcas para su custodia; una quedaría en la propia iglesia de San Miguel y la otra sería traslada al edificio del Concejo.Entre mayo y agosto del año 2003 se organizó el Archivo Municipal en su nueva sede: la antigua iglesia del convento de San Agustín, rehabilitada y restaurada a tal efecto.[nota 6] A su lado se abría la puerta principal del templo y en su exterior la presidía una escultura en piedra representando a San Miguel, considerada como obra de fines del siglo XV.El conjunto pasó a la nueva parroquia ubicada en la antigua iglesia de los jesuitas y puede verse en una hornacina en la fachada.Las campanas de la torre eran siete: dos grandes, dos medianas, dos pascualejas y un esquilón.Por su parte la Academia de Bellas Artes de Valladolid elaboró un estudio a través del profesor Jesús Urrea, que publicó en su boletín n.º 42 y que presentó oportunamente al Ayuntamiento.Los arqueólogos comprobaron cómo el desmantelamiento de 1777 fue intenso; los muros del edificio estaban tan arrasados que no se pudo rescatar ni una sola piedra; por otra parte pudieron observar que hubo un cierto respeto con los enterramientos en torno a la iglesia.Pero sí salió a la luz la exacta disposición de la planta y sus contornos y dimensiones de manera que se pudo delimitar con exactitud el perímetro: 34x 17 m. Pudo verse que el edificio estaba alineado por su lado sur con las calles de San Blas y Doctor Cazalla.Se encontró también una pieza solitaria: una clave de bóveda con el signo JHS.
San Miguel de la antigua iglesia se encuentra en lugar preferente en la nueva parroquia
Estatua en piedra de San Miguel, procedente de la iglesia desaparecida que se encuentra en la portada de la nueva parroquia. Puede verse el escudo de los Reyes Católicos a los pies del arcángel.
Excavaciones en febrero del año 2009
Aspecto de la plaza después de terminadas las obras