Concejo de Valladolid

[2]​ El concejo de Valladolid existió desde que tuvo vida el primitivo núcleo agrario (la carta dotal del conde Ansúrez de 1095 confirma su existencia previa), y su forma y atribuciones fueron evolucionando a medida que se consolidaba el núcleo urbano.

Dicho concejo o Concejo se dirigía al pueblo con una fórmula nueva: «Nos el Conceio […] ayuntados a nuestro corral […]», es decir, pasó de ser «reunión abierta» de un grupo voluntario de representantes que todos ellos estampan su firma en los documentos, a ser «concejo cerrado» con reunión en lugar cerrado, cuyos componentes ya no representaban la entidad sino que formaban parte de ella: ellos son el Concejo constituido como institución municipal que ha pasado a ser un órgano político.

Este cambio no sólo semántico sino efectivo coincidió con el aumento demográfico de la villa donde se fueron formando grupos y asociaciones como son las «collaciones», «cofradías» y «cuadrillas», bien consolidadas desde mediados del siglo XV.

Surgió así una pequeña villa a la que los historiadores modernos han dado el apelativo de pre-ansuriana.

Existía también como organización ciudadana un concilium o concejo, reunión del pueblo representado por los más notables.

A veces en los documentos el término resulta tan ambiguo que puede tomarse como sinónimo de la villa entera.

Existen más documentos pertenecientes a la segunda mitad del siglo XII en que aparece el vocablo concilium con el mismo sentido de colectividad.

Todos estos documentos que atestiguan la existencia del concilium vallisoletano pertenecen a una época en que la villa era todavía pequeña y manejable, con tan solo dos parroquias: San Julián y San Miguel.

En la historia local de Valladolid se menciona frecuentemente la iglesia de San Miguel y sus campanas, en especial la dedicada al pueblo, la que con su toque — a campana tañida o repicada—reunía a los miembros del concejo para que allí mismo al pie de la iglesia tuvieran su reunión.

[10]​ En esos años los documentos se habían multiplicado así que fue preciso emplear dos arcas para su custodia; una quedaría en la propia iglesia de San Miguel y la otra sería traslada al edificio del Concejo.

Entre mayo y agosto del año 2003 se organizó el Archivo Municipal en su nueva sede: la antigua iglesia del convento de San Agustín, rehabilitada y restaurada a tal efecto.

[11]​ Durante el reinado de Alfonso X se produjeron grandes cambios en la sociedad que repercutieron en la comunidad urbana donde empezaron a consolidarse las clases sociales.

Estos cambios se vieron reflejados en las fórmulas de los documentos reales que se empleaban a veces y que ya no iban dirigidas al «conceio de Valladolid» sino:[12]​

El rey reconoció a estos personajes como únicos representantes de los ciudadanos.

[13]​ A partir del siglo XIII Valladolid ya tenía establecido su Concejo como órgano político que se reunía en una casa comprada a los frailes del convento de San Francisco «para fazer un logar do fagan el conzejo».

Por eso en adelante la ambigüedad fue mucho más llamativa dependiendo para su entendimiento del contexto en que se halle.

El descontento que se iba acumulando dio origen a protestas y asambleas de carácter revolucionario.

Los tiempos históricos evolucionaron, los reyes comunicaron nuevos fueros y la nobleza local quiso tomar parte en el gobierno de la villa.

Detalle del plano de Ventura Seco de 1738. La iglesia de San Miguel está señalada con el nº 5 y en su atrio se reunía el concilium
Archivo municipal en la iglesia de San Agustín.
Caballeros en combate.
Artesonado mudéjar de lo que fue Sala Rica en la casa de los Vivero (actual sala de estudio e investigación).
Castillo de Portillo donde fueron presos los reyes Juan II y Enrique IV .