[1][2][3] Los primeros vestigios son del siglo XIII o XIV y corresponden a un templo románico que fue destruido por un incendio en 1452.
La reconstrucción, debida a Rodrigo Gil de Hontañón, se realizó en estilo gótico-renacentista en pleno siglo XVI, y comenzó en el año 1565.
La reconstrucción del templo se realizó elevando la nave a mayor altura que la original y construyendo un corredor sobre los contrafuertes románicos.
Entre el ajuar litúrgico destaca la sarga, pieza de tela que cubre el retablo mayor en Semana Santa.
Esto es coronado con la representación del Padre Eterno, la fe y la Caridad.