El marquesado, como entidad territorial, es herencia del antiguo señorío de Villena, que revirtió en la corona.
Ya fue marquesado anteriormente en la persona de Alfonso de Aragón el Viejo,[1] aunque volvió a revertir en la corona hasta su concesión por el rey Juan II de Castilla en 1445 a Juan Pacheco.
[2] El hijo de este, Diego López Pacheco y Portocarrero perdió la mayor parte de las tierras del marquesado, entre ellas la capital, Villena, al sublevarse esta ciudad en favor de los Reyes Católicos en 1476.
[3] A esta rebelión, conocida popularmente como la de "las cinco campanadas", le sucederían las del resto de ciudades importantes del marquesado.
Los Pacheco seguirían usando el título, pese a no poseer ya el marquesado, convirtiéndose en una distinción que ha perdurado por tradición.