Su tío Juan Francisco Pacheco, obispo de Cuenca,[1] le recogió en su orfandad y lo educó hasta que cumplió catorce años.
Tras participar en varias batallas acabó retirado en Castilla, aplicado al estudio y a la educación de sus hijos.
Intervino en expediciones militares de diverso signo (Hungría, Italia).
Esta adhesión le valió el nombramiento de virrey de Nápoles, donde, por un azar mitad guerrero mitad político, fue hecho prisionero por las tropas imperiales y sufrió encarcelamiento en Gaeta.
[3] El duque de Saint-Simon, quien lo conoció bien, escribió sobre él: Comenta asimismo que nunca vistió a la española, sino a la francesa, porque no soportaba el cuello de golilla; no se dejaba amilanar por nadie, de suerte que llegó a apalear a bastonazos al mismísimo valido, el cardenal Alberoni, porque, aun siendo mayordomo mayor, una vez no le dejó visitar al rey cuando este cayó enfermo en una de sus habituales crisis melancólicas.
Su hijo Mercurio Antonio López Pacheco y sus dos nietos por este, Juan Pablo y Andrés López Pacheco, fueron directores perpetuos de la RAE entre 1726 y 1751, con lo que los primeros cuarenta años de la RAE estuvieron dirigidos por la misma casa nobiliaria de Villena-Escalona.