De ascendencia portuguesa, fue un verdadero humanista, interesado en filosofía y filología.
[2] En su vida se distinguen dos periodos, uno profano -dedicado a las letras amenas- y otro religioso -absorbido por temas ascéticos, como en su sentencioso soneto La muerte es la vida-.
Sus obras poéticas aparecieron tras su muerte en Madrid en 1744, gracias a la preocupación de don Diego de Torres Villarroel, con el título Obras pósthumas poéticas, con la Burromaquia.
Es este último un extenso poema de épica burlesca en romance heroico.
En su poesía predomina completamente el culteranismo, dentro del cual utiliza complejas metáforas, y también el conceptismo.