Su amigo Dámaso Alonso le animó a terminar la carrera en 1940.
Durante su carrera conoció a María Josefa Canellada, también filóloga, que será su esposa.
Editó obras de Tirso de Molina, Torquemada, Lucas Fernández, hizo estudios sobre las vocales andaluzas y las vocales caducas en el español mexicano.
Leyó pronto a Marcel Proust, John Dos Passos y Retrato del artista adolescente de James Joyce, traducido por su amigo Dámaso Alonso, y Ulises.
Como Secretario Perpetuo de la Real Academia Española cuando Dámaso fue su director, desarrolló en comandita con este una fructífera labor que topó, sin embargo, con las estrecheces económicas de la institución.
Su estancia en Mérida le sirvió para estudiar el dialecto extremeño y la literatura regional de José María Gabriel y Galán y Luis Chamizo, pero nunca abandonó su interés por el subdialecto madrileño, al que le dedicó un importante trabajo, ni el español americano.
También estudió, junto a María Josefa Canellada, las hablas asturianas.
Hoy esta biblioteca se puede consultar en un edificio del casco antiguo de Cáceres.
Allí conoce a Julio Cortázar, Daniel Devoto, Josefa Sabor y Enrique Anderson Imbert.
A Valle dedicó también Valle-Inclán, novelista por entregas y las ediciones críticas de Luces de Bohemia y Tirano Banderas, entre otros trabajos.
Se reconocía así el trabajo llevado a cabo por Alonso Zamora Vicente en la divulgación del patrimonio lingüístico extremeño desde su tesis doctoral, y sus estudios sobre José María Gabriel y Galán, Juan Pablo Forner, Francisco de Aldana o Luis Chamizo.