Ribadesella

Fundada por Alfonso X el Sabio, fue uno de los principales puertos asturianos del siglo XIX.

[1]​ El concejo cuenta también con numerosas empresas dedicadas al deporte de aventura, como piragüismo, espeleología o escalada.

También este concejo destaca por la variedad turística que ofrece, sobre todo por las actividades que rodean a la cueva de Tito Bustillo, famosa por sus pinturas prehistóricas y por las huellas de dinosaurio.

El concejo de Ribadesella posee una elevada diversidad paisajística: un río, montes escarpados próximos al mar, macizos kársticos y un litoral en el que se alternan las playas, las praderías, los pedrales y los acantilados.

El arroyo Cerracín marca la línea occidental del municipio y el límite con Caravia.

[4]​ El concejo riosellano posee algunas montañas considerables, algo infrecuente tan cerca del mar.

La otra playa urbana del concejo es la de La Atalaya, una cala muy próxima a la villa.

[4]​ Su clima presenta los mismos rasgos que todos los concejos marítimos de la región, caracterizándose por tener unas condiciones benignas en todo el territorio, con unas temperaturas suaves y templadas, y un porcentaje de humedad bastante alto.

Así, la temperatura media anual se sitúa en torno a los 16 °C, siendo predominantes los vientos de dirección norte, presentándose con una mayor frecuencia los del nordeste.

Ya desde los tiempos prehistóricos del paleolítico, el territorio de Ribadesella estuvo colonizado por la especie humana, como así lo demuestran los importantes descubrimientos hallados en diversas cuevas y abrigos naturales localizados en distintos puntos del concejo, destacando sobremanera la cueva de Tito Bustillo, que nos deja unas impresionantes representaciones del arte rupestre, estando cubiertas sus paredes por diversos grabados que nos muestran figuras de animales y signos que nos sitúan en la edad magdaleniense.

No por esto se estancó la villa, pues Carlos III donó 100 000 reales para las obras de ensanche y mejora del puerto que serían finalizadas un siglo después.

En 1865 se construye el primer puente de madera sobre el río Sella, que sería sustituido por uno de hierro en 1898 diseñado por José Eugenio Ribera,[5]​[6]​ siendo este destruido durante la guerra civil española en 1937 y reconstruyéndose definitivamente en 1940 en hormigón, que es como lo conocemos en la actualidad.

Todo esto nos deja unas estructuras demográficas bastantes desequilibradas, con un progresivo aumento del envejecimiento, ayudado por el descenso de la natalidad, y una relación de sexos bastante más favorable para el femenino.

Básicamente, se trabaja con el ganado bovino, estando su producción claramente orientada al sector lácteo.

Otras actividades industriales con representación son las madereras, extractivas de metales y alimentación, aunque estas últimas en claro proceso regresivo.

En el concejo de Ribadesella, desde 1979, el partido que más tiempo ha gobernado ha sido el PSOE.

Fue creada por el gremio de mareantes y conserva una gran elegancia su fachada lateral, realizada en sillares bien escuadrados como fondo.

La ornamentación queda restringida a una fina moldura horizontal que circunda los vanos.

Otra obra palaciega la encontramos en Alea, con un palacio al que se le han ido adosando nuevas construcciones, constituyendo el antiguo torreón su punto central.

En ella se conjugan dos vertientes diferentes: Por un lado la deportiva, congregándose en ella lo mejor del piragüismo del momento, y por otro lado la festiva, ya que atrae a miles de visitantes, tanto nacionales como internacionales, que convierten a la villa en uno de los centros turísticos más importantes de toda la región asturiana.

Sierra de la Escapa
Vista general de la villa
Playa de Santa Marina
Ayuntamiento de Ribadesella
San Salvador de Moru
Capilla de Santa Rita, Barreu
Vista desde el Monte Moro
Cerámica de Antonio Mingote
Torre de la Atalaya
Cueva de Tito Bustillo , declarada Patrimonio de la Humanidad
Playa de Santa Marina