Juan II de Francia

[1]​ No desarrollaba mucha actividad física, rara vez participaba en las justas y sólo ocasionalmente disfrutaba de la caza.

[3]​ A de la Cerda le confirieron diversos honores y fue nombrado para el alto cargo de connetable (condestable), por lo que cuando Juan se convirtió en rey, lo acompañó en todos sus viajes oficiales por las provincias.

El dolor del rey Juan por la muerte de la Cerda fue abierto y público.

Particularmente en las tierras del Sacro Imperio Romano Germánico, en las ciudades del Delfinado, en el condado de Borgoña o Franco Condado, se recurría a la justicia francesa para la mediación de litigios.

Por ejemplo, el rey enviaba a sus representantes de Mâcon para intervenir en Lyon.

[5]​ Los reyes franceses supieron aprovechar la relación con la nobleza en torno al Ródano, concediéndoles rentas y poniendo en práctica una hábil política matrimonial.

Juan recibió como herencia Normandía y constató que gran parte de su nobleza estaba bajo influencia inglesa.

Los rebeldes normandos querían ver a su líder Godofredo de Harcourt como duque, quien perseguía una mayor autonomía para el ducado.

[8]​ En Brabante, el rebelde Godofredo constató que los flamencos guiados por Jacob van Artevelde habían reconocido al rey Eduardo III de Inglaterra como soberano de Francia debido al conflicto sucesorio que tenían ambos reinos.

Fue así como los franceses comenzaron a perder prestigio luchando contra sus propios vasallos que se pasaban al bando del enemigo.

[8]​ La nobleza normanda estaba dividida desde hacía mucho en dos bandos: los condes de Tancarville y los condes de Harcourt se enfrentaban en una guerra sin piedad que ya duraba muchas generaciones.

[11]​ Era necesario que, tras el nombramiento de Godofredo, Juan se reconciliara con los Tancaville para poder dominar Normandía.

[21]​ En 24 horas, Raúl II de Brienne fue arrestado, enjuiciado a puerta cerrada y decapitado.

[21]​ El silencio sobre los motivos de la condena dejaría campo libre a las murmuraciones y las sospechas, diciéndose que el condestable había sido decapitado por haber tenido una relación con la primera mujer del rey.

[24]​ Por esto, cuando los reyes convocaban bajo cierta orden honorífica, muchas veces éstos no sabían a cuál soberano obedecer.

[26]​ Muchos nobles habrían podido cambiar de bando si sus tierras inglesas rentaban mejor.

Las reglas de la orden reflejaban el ideal caballeresco, y su sede se estableció en Saint-Ouen, próximo a Saint-Denis, donde estaban enterrados los reyes y se conservaban las insignias reales.

Los miembros se distinguían con un collar del que pendía una estrella blanca y roja con la siguiente leyenda: Monstrant regibus astra viam (Las estrellas muestran el camino del rey).

Los estatutos establecían que los miembros de la orden no debían jamás dar la espalda al enemigo y durante la primera reunión se juró no retroceder nunca más de cuatro pasos.

[28]​ Podía establecerse como artesano en París quien estuviera bajo la protección de los gremios correspondientes, los cuales tenían por misión impedir el alza de los precios; las licencias eran oportunamente distribuidas y sus precios prefijados.

Era normal en esa época pedir préstamos a ricos banqueros, quienes eran reembolsados con el cobro de impuestos.

Por otra parte, ésta trajo a la luz la necesidad de reformar el sistema impositivo.

Juan el Bueno fue tratado con suma cortesía por el príncipe de Gales, Eduardo, que lo envió con urgencia a Burdeos.

Al convocarse los Estados Generales se decretó continuar la guerra con los ingleses, pero antes, Carlos prefirió atacar al rey de Navarra asediando Melun, por miedo a que los ingleses ayudaran a Carlos II de Navarra.

En junio de 1359 fue sellada la paz definitiva, que decretaba que el rey navarro mantenía todas sus propiedades y recibía otras, además se le devolvía el privilegio de entrar en París.

Los territorios comprometidos fueron entregados en dos años, mientras que la colecta de los fondos fue un poco más lenta.

Viéndose expropiado de Borgoña, Carlos II de Navarra reanudó las hostilidades, pero esta vez en contra del delfín Carlos, ya que Juan II estaba nuevamente en prisión en Londres.

Dadas las dificultades para recoger la última parte del rescate, Juan debió entregar a los ingleses nuevas concesiones territoriales.

El delfín Carlos fue nombrado regente y Juan volvió a Londres en 1364, donde fue recibido con gran magnificencia.

Tuvieron once hijos: Bona murió a causa de la peste negra en 1349, y Juan se casó con Juana I de Auvernia al año siguiente, con quien tuvo tres hijos que murieron muy jóvenes.

Carta de Juan II de Francia durante su cautiverio en Windsor , a su hijo Carlos sobre Pierre de la Batut
Coronación de Juan II.
Genealogía de la Guerra de los Cien Años Felipe III de Francia Juana I de Navarra Felipe IV de Francia Carlos de Valois Luis de Évreux Luis X de Francia Felipe V de Francia Isabel de Francia (1292-1358) Eduardo II de Inglaterra Carlos IV de Francia Felipe VI de Francia Juan I de Francia Juana II de Navarra Felipe III de Navarra Carlos II de Navarra Eduardo III de Inglaterra Juan II de Francia Carlos V de Francia
Genealogía de la Guerra de los Cien Años
Juan II invistiendo a Caballeros.
Moneda con la imagen de Juan II.
Carlos II de Navarra, llamado el Malo frente a Juan II de Francia, calificado como el Bueno .
Rendición de Juan II de Francia en la batalla de Poitiers (1356) .
Cuadro sucesorio de Borgoña.
Retorno de Juan el Bueno a Inglaterra, ilustrado en las Grandes chroniques de France de Jean Froissart .