[13] Cuando en noviembre Clemencia dio a luz un hijo, Juan I, rápidamente fue proclamado rey aunque murió cinco días después.
Hacia esas fechas se habían contabilizado unos 40 000 fuegos (hogares,[25][26] es decir, una población estimada de unos 280 000 habitantes); «en unos meses la peste acabó con 140 000 personas, la mitad del reino.
[17] Según apuntan algunos autores «criado en el entorno parisino, en el mismo corazón cultural de momento, desde joven apuntó una personalidad vigorosa, inclinada hacia las artes y las letras, quizá truncada en estas manifestaciones por los condicionantes que marcaron su trayectoria vital.»[41]A pesar de las sombras arrojadas sobre su figura por la historiografía póstuma, unas «palabras explícitas describen sus inclinaciones intelectuales («vit plusieurs choses en science et ama les hommes estudians»).
Con todo la monarca navarra no se acerca al reino, aunque tuvo la intención de hacerlo,[46] y gobierna desde Evreux.
En consecuencia, la nobleza normanda se unió en clanes solidarios cuyo poder les permitió obtener y mantener las cartas que concedían al ducado considerable autonomía.
[70] En este ambiente político se debe entender también el acercamiento hacia el rey Carlos II de Navarra que, en la misma línea, defendía sus intereses y derechos dinásticos porque consideraba que era su deber familiar y también consideraba a los Valois como usurpadores de un derecho negado a sus padres.
Esta hábil maniobra le permitió tanto distanciarle de la corte —debía trasladarse a Toulouse— como evitar que el descontento se extendiera.
La celebración se encontraba en pleno apogeo cuando apareció Juan II con unos cien hombres fuertemente armados, con intención de detener a Carlos gritando: «¡Que nadie se mueva si no quiere morir por esta espada|»[107][108] El monarca, ejecutando con eficacia un plan perfectamente diseñado, estaba rodeado por su hermano Felipe de Orleans, su hijo menor Luis, y sus primos Artois, que constituían una escolta notable con armaduras pesadas.
Enojado, el rey "Jehan luy commanda qu’il se souffrit, et le fery de son pyé par grand irour".
[116] Aunque fuera el rey quien detuvo a los invitados, era competencia del duque de Normandía impartir la alta justicia y dictar sentencia.
Negándose a abandonar el campo de batalla para demostrar su legitimidad, Juan II se batió heroicamente con sus más leales seguidores, pero será capturado por las tropas inglesas.
Unos 5000 hombres se agruparon en torno al carismático líder Guillaume Carle, más conocido por el nombre que le atribuyó Froissart, Jacques Bonhomme.
No obstante, los arqueros ingleses contratados para proteger la ciudad eran considerados enemigos y pronto despertaron la animosidad del pueblo parisino.
Para resolver la situación, los tres hombres deciden separar los sublevados en varios grupos y guiarlos hasta los mercenarios que se encontraban en Saint-Denis.
El échevin [h] Jean Maillard y Pepin des Essart convencieron a los burgueses para que solicitaran ayuda al príncipe.
Frente a esta guerra, donde los intereses navarros no encontraban razón para intervenir, la postura del regente «había sido de resuelta neutralidad».
La propia situación personal del rey navarro en prisión «no era el contexto más adecuado para tomar posición respecto al conflicto peninsular».
Pedro I había ido acumulando fuerzas en la frontera con la disculpa de la defensa y su negativa podía volver en su contra todo el potencial castellano o cuando menos convertirle en un peligrosísimo enemigo.
Tras ello se limitó a reforzar las nuevas plazas junto con la frontera con Aragón desde Burgui (Roncal) hasta Cortes y Monteagudo (Ribera de Navarra).
En definitiva, en poco tiempo, se habían vuelto las tornas y era Enrique «quien repartía mercedes a los que colaboraban en su empresa.»[258] Estas maniobras no pasaron desapercibidas.
Teniendo los navarros ganada la ventaja de la altura donde se habían instalado las tropas, la maniobra Du Guesclin fingiendo una retirada tuvo éxito cuando un cuerpo inglés indisciplinado decidió perseguirle obligando al resto de anglo-navarros a descender del terreno en altura pudiendo con ello Du Guesclin luchar en su terreno.
Los soldados navarros que huyeron del campo de batalla lograron reagruparse y se retiraron a Auvernia, donde tomaron numerosas poblaciones, para después marchar sobre Borgoña, conquistando La Charité-sur-Loire en un ataque por sorpresa.
[300] En Hommet (Cotentin) el capitán du Bessin rechazó cualquier acuerdo de paz con la guarnición navarra y ordenó matar a todos cuando se rindieran.
La reina nombró dos comisionados para resolver este conflicto, pero en febrero de 1370 la oposición no había cesado y sus actores estaban haciendo «muchas baratas e cautelas».
[344] Con ello, además, demostraba que, tras su lugartenencia del reino en su ausencia, su confianza en ella no se había quebrantado a pesar de los cambios y acontecimientos acaecidos sobre sus consejeros tras el regreso real.
[361] Al abrir las puertas de Normandía a Ricardo II ponía en cuestión la soberanía del territorio, lo que Carlos V no podía permitir.
[362] La situación brindaba una excelente oportunidad a Carlos V para terminar de anular al navarro y recuperar la zona normanda.
[367] En 1369 Luis ya se había desplazado a Nápoles, residencia habitual de su esposa, cuya herencia tenía que ser defendida y aún reconquistada.
[405] Siguiendo la historiografía son numerosos los investigadores que durante el último siglo han abordado la cuestión acerca de este apodo real tan peyorativo.
Descontento con la decisión, Carlos tratará de hacer valer sus derechos durante toda su vida, convirtiéndose en un implacable rival para los Valois.