En ella se hospedaron a su paso por La Alpujarra políticos insignes del Partido Liberal, como Natalio Rivas (quien por sus habituales estancias disponía de su propio dormitorio), Segismundo Moret, Alberto Aguilera, Antonio Maura, Juan Montilla, Manuel García Prieto, Miguel Moya, Alejandro Groizard, Calos Cortezo, Pedro Rodríguez de la Borbolla, Basilio Paraíso, José López Domínguez, Lorenzo Moret y Remisa o Luis Mazzantini;[31] y en una ocasión, durante un viaje real realizado en 1917, se albergó Alfonso XIII y la comitiva que lo acompañaba, entre quienes se encontraba el conde de Romanones, presidente del Gobierno.
[40] Según manifestó García-Trevijano en una entrevista radiofónica, Emilio Langle le insistió en que hiciera oposiciones para permanecer como profesor en la Universidad.
Al parecer, el joven príncipe tardó tres meses en averiguar que su amigo mexicano Tono era en realidad Antonio García-Trevijano, "granadino, notario en Teruel y, además, republicano", como desveló en tono jocoso Don Juan a Juan Carlos en una de las visitas que el príncipe hizo a Villa Giralda, la residencia de su padre en Estoril.
[45] La huelga comenzó, en palabras de García-Trevijano, porque "en aquella comarca se cultivaba, principalmente, algodón, tabaco y pimentón.
[51] En su libro Crónica del antifranquismo (1983), Fernando Jáuregui y Pedro Vega señalan que García-Trevijano "era un personaje atípico: se proclamaba republicano pero luchaba por la solución legitimista encarnada por Don Juan de Borbón.
Desde su feroz personalismo, iba a ser el motor del colectivo que dio en llamarse Junta Democrática de España".
De manera que lo eficaz era buscar la sustitución del dictador por un monarca constitucional, traído por el Ejército y la derecha liberal.
[66] A través de su relación con Rafael Calvo Serer y Antonio Fontán, García-Trevijano entró en contacto con el diario Madrid.
Inicialmente, el intento quedó en nada, puesto que los propietarios no accedieron a la venta.
[67] A partir de entonces, la nueva línea del periódico hizo que los conflictos con el régimen fueran recurrentes.
[76] Al considerar los resultados de aquella jornada, el PCE declaró que había sido "la acción más extraordinaria del proletariado desde 1936".
[83] Sin que se produjeran incidentes ni detenidos, la conferencia-coloquio de Servan-Schreiber terminó convirtiéndose en una multitudinaria protesta contra la dictadura franquista y por la democracia.
En cuanto a las motivaciones que pudo tener García-Trevijano para implicarse en la independencia de la colonia africana, los historiadores Rosa Pardo y Florentino Portero han apuntado que García-Trevijano pretendía frustrar el proceso independentista para desacreditar al Gobierno.
[109] A consecuencia del ataque, el despacho quedó devastado y los presentes resultaron heridos.
José Figueroa manifestó que le constaba tener el teléfono intervenido por la policía franquista desde la muerte de Carrero Blanco.
Aquella tarde, poco antes de las cinco –hora en que estaba convocada la presentación– Joaquín Ruíz-Jiménez recibió la noticia de que la policía iba a realizar una redada para impedir el acto, y telefoneó a García-Trevijano para ponerle sobre aviso.
Tras ello, García-Trevijano volvió al despacho con sus compañeros, siendo todos ellos detenidos y conducidos a las dependencias de la Dirección General de Seguridad (DGS), en la Puerta del Sol, lugar donde habitualmente eran enviados los detenidos por actividades políticas bajo la dictadura franquista.
Tal como recoge Joaquín Navarro en su libro 25 años sin Constitución, dicho acuerdo consistía en que el ministro concedería la excarcelación a García-Trevijano si éste "se comprometía a darle patadas en las espinillas, como los demás, pero no en los cojones".
García-Trevijano contestó a esta propuesta diciendo que Fraga era un "grosero", y añadió: "Yo no pacto con mis verdugos".
La negativa encolerizó al juez, que le reprochó su incoherencia, pues en el artículo se proclamaba la aspiración a sustituir la monarquía por la república.
Según el citado Joaquín Navarro, García-Trevijano contestó al juez Gómez-Chaparro con las siguientes palabras: "Usted no sabe nada.
Los socialistas Javier Solana y Raúl Morodo fueron liberados a las pocas horas de ser detenidos.
[134] Los tres dirigentes comunistas, Camacho, Aguado y Álvarez Dorronsoro, fueron puestos en libertad provisional el 25 de mayo.
[148] Durante sus meses de reclusión en Carabanchel, García-Trevijano se dedicó a escribir un ensayo que publicaría un año después bajo el título La alternativa democrática (1977).
Primero, se desestabilizaría al Gobierno atacando sin tregua a Felipe González en sus horas más bajas.
Con cuidada sincronía se irían filtrando pequeñas y breves noticias en detrimento de la figura del Rey, para acabar publicando un dossier que comprometería gravemente al Monarca en algún escándalo irreparable.
Las escuchas realizadas se centraban en temas relacionados con operaciones empresariales, políticas, judiciales, periodísticas e internacionales.
Añadía el instructor que las declaraciones prestadas por Baltasar Garzón "no pueden servir como indicios mínimamente suficientes relativos a la existencia de la tan mentada confabulación: no permiten [...] fundamentar un escrito de acusación que hiciera posible la continuación del procedimiento".
El juez no volvió a retomar la carrera judicial, dedicándose al ejercicio de la abogacía.
En el capítulo 126, titulado Póquer, repóquer... y órdago, de la popular teleserie española Cuéntame cómo pasó, Antonio García-Trevijano aparece mencionado en distintas ocasiones.