En este tiempo publicó en la revista mensual Cuadernos Hispanoamericanos poemas de su libro La deshonra.
En 1973 sufrió en Madrid una perforación del duodeno que lo llevó al borde de la muerte y durante la convalecencia empezó a utilizar bastón, objeto del que reunió una gran colección, unos 3.000 ejemplares, regalos de amigos y admiradores.
[6] Publicó artículos en el suplemento dominical de El País, desde su fundación en 1976 hasta 1998, en secciones tituladas «Charlas con Troylo», «A los herederos», «A quien conmigo va», etcétera, textos todos estos que fueron recopilados posteriormente en libros.
En 1978 reivindicó la autonomía para Andalucía en la apertura del Congreso de Cultura Andaluza en Córdoba.
Comenzó su dramaturgia con Los verdes campos del Edén (1963), Noviembre y un poco de hierba, Los buenos días perdidos (1972), Anillos para una dama (1973), Las cítaras colgadas de los árboles (1974), la comedia ¿Por qué corres, Ulises?
Otras obras suyas son El cementerio de los pájaros (1982), Samarkanda (1985), Los bellos durmientes (1994), sobre la juventud sin ideales, etc.
En su palmarés figuran múltiples galardones; entre ellos cabe destacar un accésit al Premio Adonáis de poesía por su obra Enemigo íntimo, el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca (recibido en 1963) por su comedia Los verdes campos del Edén y el premio Planeta por su primera novela, El manuscrito carmesí.
Destaca también en el campo del relato corto con libros como Los invitados al jardín (2002).
[19] Resulta notablemente destacable, la riqueza de aforismos insertos en toda su vasta obra.
Gala destacó por sus palabras habladas, aforísticas, novelescas, en ensayo, teatrales, periodísticas y poéticas; dejando honda huella en todos los géneros literarios que exploró.