Crisis diplomática entre España y Guinea Ecuatorial de 1969
Además, el nuevo Estado iba a utilizar los presupuestos aprobados por el gobierno español para las dos provincias africanas, bianuales, según los acuerdos de transición firmados.El domingo 23 Francisco Macías declaró persona no grata al cónsul general Abrisqueta y mandó al comandante Juan Tray que enviase un piquete de la Guardia Nacional a la cancillería consular a descolgar la bandera.Inmediatamente, el vicepresidente del gobierno español, el almirante Carrero Blanco se puso en contacto con el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando María Castiella, enviando un telegrama en que se ordenaba al embajador español en Guinea Ecuatorial, Juan Durán-Lóriga, actuar «de manera enérgica e inmediata».Ese mismo día el Presidente, en presencia del ministro de Educación, José Nsué Angüe Osa, recibió al embajador español.En la noche del 26 al 27, las fuerzas españolas aún presentes en Guinea Ecuatorial se movilizan en distintos puntos neurálgicos del país: aeropuerto, Telégrafos, estudios de TV y radio, puerto, cuarteles de la Guardia Colonial, Comisaría, Guardia Marítima, Palacio Presidencial, Ministerios, y se bloquean los accesos a la capital desde San Carlos (actual Luba o San Carlos de Luba), Rebola y Basilé.A lo largo del día se producen tiroteos y violentos incidentes, en los que muere un español, Juan José Bima Martí, de 25 años.A ellos habría que añadir otros muchos políticos como Norberto Balboa, Vicente Ntutumu, Luis Angue Bacale y Santiago Osa.[5] A esto siguió la petición de España ante la ONU del envío de un observador y otras iniciativas diplomáticas, como gestiones con el emperador etíope Haile Selassie o una petición urgente a la Cruz Roja Internacional relacionada con los hechos.El día 8 llegan a Tenerife en el buque español Ciudad de Pamplona, de la compañía Transmediterranea, 460 personas embarcadas desde el país africano,[8] a los que se suman otros 243 ese mismo día salidos del país hacia España en un Super DC-8.