Habiéndose convertido en rey de los belgas, su influencia no se limitó a las fronteras del país sobre el que reinaba.
El rey trabajó para establecer a miembros de su familia en varias cortes europeas: Francia, Austria, Portugal y Reino Unido.
Dado que el heredero, Ernesto, seguía prestando sus servicios a Rusia, Napoleón confiscó las propiedades de la familia gobernante.
A su hermana Sofía, Leopoldo escribe: "El pobre Estado de Coburgo está terriblemente desplumado; tiene que pagar 981 000 francos.
Sin ninguna experiencia militar, su cuñado, el gran duque Constantino, le confió todos los escuadrones de caballería disponibles.
Tres días más tarde, Leopoldo tuvo un enfrentamiento en Peterswald con un destacamento de caballería francesa: estando en minoría, se retiró, pero no cayó al poder del enemigo.
En esta época, Leopoldo conoció al hermano del emperador Francisco de Austria, el archiduque Juan, con quien trabó una gran amistad.
El partero, Richard Croft, le aconsejó reducir drásticamente su comida y acompañó esta dieta con sangrías, para disgusto de Stockmar, médico personal del príncipe Leopoldo.
[28] Leopoldo permaneció en Gran Bretaña, aunque ya no ocupara una cargo oficial en la corte británica, pues Stockmar, que se convirtió en su secretario privado, le aconsejó no establecerse en el continente tras su viudez, pues sería difícil para la opinión pública inglesa aceptar que Leopoldo siguiese recibiendo su pensión anual de 50 000 libras pagadas por el gobierno británico para gastarla en otros lugares.
Aprovechando su situación libre de obligaciones, comenzó a viajar regularmente por Europa, visitando ciudades como Coburgo, Génova, Florencia, Roma, Nápoles, Viena, París o Silesia.
Gozaba de una buena reputación, reforzada por su pasado como general en el ejército ruso y sus vínculos con muchas cortes europeas.
Sin embargo, para asegurarse la mejor posición posible en Grecia, exigió una serie de condiciones a su aceptación del trono.
En las ciudades por donde pasó Leopoldo tuvo un gran éxito entre la ciudadanía: Ostende, Brujas e incluso Gante, que se consideraba un feudo orangista.
Desde allí, el general neerlandés David Chassé bombardeó la ciudad con bombas incendiarias, quemando cientos de casas y matando a muchos civiles.
[55] Leopoldo depositó tanta confianza en su nueva esposa que propuso al gobierno, antes de embarcarse en un largo viaje, delegarle sus poderes.
Durante la segunda parte del reinado de Leopoldo I, los liberales ocuparon el poder casi permanentemente y dirigían gabinetes homogéneos.
A pesar de esta realidad social, Leopoldo nunca se enfrentó directamente al surgimiento del movimiento obrero.
Se están preparando medidas para aumentarlos aún más e introducir mejoras en el funcionamiento de este importante servicio".
Además, los agentes que causaran posibles disturbios al orden público, como Karl Marx, fueron expulsados del reino en los primeros días de marzo.
Este gobierno estaba plenamente en línea con el funcionamiento regular del sistema constitucional, pero la crisis había exacerbado las pasiones: los liberales adoptan una actitud predominantemente anticlerical.
Durante la delicada situación de 1830, Leopoldo parecía estar más que capacitado para conciliar la experiencia liberal belga con el sistema internacional.
[90] Leopoldo trabajó muy duro para aliviar las tensiones entre el Reino Unido y Francia con ocasión de la Cuestión Oriental en 1840.
Su importancia reside en que por primera vez en trece años, la casa de Orleans, hasta entonces tratada como traidora, recibía a unos soberanos extranjeros.
[92] Después de haber logrado acercar a sus dos poderosos vecinos, el rey se volvió hacia los príncipes alemanes.
El rey Leopoldo no deseaba esta adhesión, ya que violaría la neutralidad del Estado belga y su independencia.
El día antes de la reunión, Leopoldo escribió a su sobrina Victoria: "Será muy bien recibido, su proceder es muy apreciado aquí.
[95] Este encuentro en Lieja ocurre en el mejor momento y sella la armonía de las dos naciones que una vez fueron enemigas.
Ofreció la corona mexicana a Maximiliano para compensar diplomáticamente el compromiso francés con Italia y fortalecer la alianza franco-austríaca.
Leopoldo murió en diciembre del mismo año, cuando su hija y su yerno acababan de pedirle consejo sobre la mala situación en la que se encontraban.
Al día siguiente, su familia, precedida por la duquesa de Brabante, forzó la orden que los mantenía alejados del rey.