Carlota Augusta de Gales

Harris pasó cerca de cuatro meses con ella para que mejorara su conducta y sus hábitos antes de volver a Inglaterra; viaje que se atrasó por el riguroso invierno y por atrasos debidos a la guerra contra Francia.James y, al ver a su futura esposa por primera vez, el príncipe de Gales exclamó: «Harris, no me siento bien.[5]​ Cuando el príncipe salió, Carolina dijo: «Está gordo y no parece tan guapo como en los retratos».Según Harris, este comportamiento hizo que al príncipe le gustase aún menos.Jorge no sabía que eso pasaba, pues él tampoco tenía mucho contacto con su hija.En aquella época, la ley inglesa consideraba que el padre tenía todos los derechos sobre los hijos.[22]​ Su profesora de piano era la compositora Jane Mary Guest,[23]​ y la princesa se convirtió en una pianista talentosa.[26]​ Los investigadores no preguntaron a Carolina sobre sus supuestos amantes y prefirieron centrar sus atenciones en los criados.Sin embargo, cuando este empezó a ejercer su poder, Jorge no los llamó al gobierno, como muchos habían esperado.[36]​ Con el príncipe regente ocupado en asuntos de Estado, Carlota tenía que pasar gran parte del tiempo en Windsor con sus tías solteras.Lady de Clifford temía que el príncipe regente se enfadara enormemente, pero la princesa Carolina quedó encantada por ver a su hija enamorada.Según Carlota, «habló como si tuviera ideas bastante irreales en relación a mis gustos.[47]​ Las negociaciones para el contrato matrimonial se alargaron durante varios meses porque Carlota insistía en no abandonar Gran Bretaña.Posteriormente, escribió una carta al príncipe regente en la que pedía disculpas por si había cometido alguna indiscreción.Si no lo hacía, conforme a lo que le escribió a una amiga, Carlota «aceptaría la segunda mejor opción, es decir, un hombre de poco temperamento y con sentido común, (…), ese hombre es el príncipe de Sajonia-Coburgo».[69]​ En julio, poco antes de regresar a Weymouth, Carlota pidió formalmente permiso al padre para poder casarse con Leopoldo.Ambos partidos respiraron aliviados al ver que el drama de los romances había llegado a su fin.Sin embargo, no estaban bien en esa casa con todos los perros del duque y su olor.[80]​ Dos días después de la boda, la pareja visitó al príncipe regente en Oatlands, donde estuvo horas describiendo los pormenores de los uniformes a Leopoldo que, algo que según Carlota, «es el mejor ejemplo del ‘más perfecto’ sentido del humor».Cuando Carlota empezó a sentirse mal durante una actuación en la ópera, el público quedó bastante preocupado.[85]​ Leopoldo escribió: «Solo estábamos separados cuando me iba de caza, si no, podíamos estar siempre juntos y nunca nos cansábamos».[86]​ Cuando Carlota empezaba a ponerse nerviosa, Leopoldo le decía «Doucement, chérie» (Con calma, querida).Las casas de apuestas empezaron concursos para adivinar cuál sería el sexo del bebé.Carlota pasó un embarazo tranquilo y se dedicó a posar para un retrato de Thomas Lawrence.Croft no era médico, sino partero, algo que estaba muy de moda en aquella época entra la alta sociedad británica.Más tarde, esa misma noche, mandó llamar a los oficiales que serían testigos del nacimiento real.Los esfuerzos para reanimarlo fueron en vano y los observadores nobles confirmaron que era un niño bonito, con parecido a la familia real.[95]​ Leopoldo, que había estado con su esposa a lo largo de todo el proceso, se tomó un opiáceo y cayó rendido en la cama.Stockmar abandonó la habitación con intención de despertar al príncipe mientras que Carlota lo llamaba gritándole «¡Stocky![101]​ El príncipe regente sintió mucho pesar por la muerte de su hija y no pudo estar presente en su funeral.
Jorge de Gales, padre de Carlota.
Carlota, de niña, con su madre, por Thomas Lawrence .
Carlota.
El príncipe Guillermo de Orange .
Carlota, por George Dawe .
Carlota y Leopoldo en el teatro.
Carlota representada alegóricamente por George Dawe.