Entre sus hermanos se contaban el famoso rey prusiano Federico II el Grande (1712-1786), la reina de Suecia Luisa Ulrica y la princesa Guillermina.
La duquesa persiguió, en parte debido a la influencia del consejero ducal Johann Friedrich Wilhelm Jerusalem, la vida intelectual alemana muy de cerca.
Apreciaba al poeta Salomon Gessner y mantuvo una relación personal con Friedrich Gottlieb Klopstock.
Es una dama agradable, muy educada y muy respetada, pero ahora tan mayor que casi ha perdido la memoria.
Filipina Carlota dejó a la biblioteca Wolfenbüttel su propia colección de 4.000 volúmenes.