Guillermo II de los Países Bajos

Cuando Guillermo tenía tres años, él y la familia Orange-Nassau huyeron a Inglaterra, después de que los ejércitos aliados de mercenarios británico-hannoverianos abandonaran, derrotados, los Países Bajos, dejando paso así a las tropas revolucionarias de Francia, que se unieron a los patriotas neerlandesas anti-orangistas.

Guillermo pasó su juventud en el exilio, en Berlín y en la corte prusiana.

[1]​ Regresó a los Países Bajos en 1813, cuando su padre se convirtió de nuevo en el príncipe soberano.

Sin embargo, sus esfuerzos fueron entorpecidos por la actitud de su padre, el rey Guillermo I de los Países Bajos, que rechazó los términos del acuerdo, lo que también generó tensiones entre padre e hijo.

La diplomacia europea terminó reconociendo la secesión de Bélgica del Reino de los Países Bajos y establecieron a Leopoldo I en el nuevo trono del país.

La agitación popular crecía demandando mayores reformas constitucionales y una ampliación electoral.

Aunque personalmente su ideología tendía hacia el conservadurismo, ante las demandas populares actuó con sentido y moderación, realizando algunas concesiones.

En esta historia, Guillermo es herido por un disparo del protagonista ficticio, Richard Sharpe (interpretado por Sean Bean).

El príncipe de Orange presionado por la multitud durante la Revolución de 1830.
Estatua de Guillermo II en Tilburg.
Guillermo II y su familia en 1832. Retrato por Jan Baptist van der Hulst .