Segunda guerra del Opio

[7]​ Algunos objetivos compartidos entre las potencias occidentales incluían expandir sus mercados ultramarinos y establecer nuevos puertos de escala.

Las demandas británicas incluían que pudieran ejercer el libre comercio en toda China, legalizar la comercialización del opio, abolir los impuestos a extranjeros para el tránsito interno, suprimir la piratería, regular el tráfico de culíes (trabajadores semiesclavos) y permitir al embajador británico residir en Pekín, entre otras cosas.

El Arrow, que anteriormente había sido utilizado por piratas, fue capturado por el gobierno chino y posteriormente revendido.

Su capitán, Thomas Kennedy, que se encontraba a bordo de un barco cercano en ese momento, declaró haber visto a marinos chinos arriar la bandera británica del barco.

[8]​ El cónsul británico en Cantón, Harry Parkes, se puso en contacto con Ye Mingchen, comisario imperial y Virrey de Liangguang, para exigir la liberación inmediata de la tripulación y una disculpa por el supuesto insulto a la bandera.

Parkes afirmó que como el barco había sido recientemente registrado por británicos estaba protegido bajo el Tratado de Nankín.

Al día siguiente, los británicos comenzaron a bombardear la ciudad, disparando un tiro cada 10 minutos.

[11]​ Hubo pausas para las conversaciones, y los británicos bombardeaban a intervalos, provocando incendios.

Después de tomar los fuertes cercanos a Cantón sin mucho esfuerzo, la Armada Británica atacó la ciudad.

Los británicos y los franceses unieron fuerzas bajo el mando del almirante Michael Seymour.

Ye Mingchen fue capturado, y Bo-gui, el gobernador de Guangdong, se rindió.

Ye Mingchen fue exiliado a Calcuta, India británica, donde murió de inanición.

El tratado también le dio control sobre el área costera del océano Pacífico que no se congelaba, donde la ciudad de Vladivostok fue fundada en 1860.

Pekín ya no estaba tomada, pero las tropas permanecieron en las afueras de la ciudad.

Elgin calificó este hecho como lo «menos desagradable», al haber dañado el gobierno despótico pero sin alterar la vida cotidiana de los chinos inocentes.

En este contexto, Elgin fue muy criticado por la completa destrucción del Antiguo Palacio de Verano.

Historiadores chinos han argumentado que esta destrucción fue un encubrimiento para los ya muy extendidos saqueos.

Interior del Fuerte Norte de Taku inmediatamente después de su captura, el 21 de agosto de 1860. Fotografía de Felice Beato .