Fue fundada el 1 de abril de 1800 por el rey Fernando IV tras su retorno a Nápoles después del exilio debido a la ocupación napoleónica.
A través de esta institución, que puso bajo el patrocinio de San Fernando, su patrón y patrón del Reino, decidió premiar a los que habían dado prueba de devoción y se habían mantenido fieles durante el difícil período que acababa de terminar y en el que se habían visto obligados a huir a Sicilia.
En un principio, la orden se dividió en dos clases, "Gran Cruz" y "Comendador", a las que se añadió más tarde también la de "Caballero".
Méritos especiales se reservan para aquellos valiente generales que se había distinguido en el campo de batalla, que fueron recompensados por lo general con la gran cruz, y los que habían defendido una posesión estratégica fundamental o tomado posesión de una ciudad, fueron premiados con el título de comendador.
La cinta era de color azul, ribeteado en rojo oscuro.