Industria en España

Tampoco tienen éxito los esfuerzos realizados en Asturias para modernizar la explotación del carbón e iniciar la siderurgia.Dos sectores que en el centro europeo aparecen como catalizadores de la revolución industrial, el agrario y el comercial, no sufrieron cambio alguno en la España del siglo XIX.En el río Tinto, al Estado sucede en 1873 un consorcio bancario que se apoya en la experiencia extranjera.Tanto la irregularidad del régimen fluvial como la estacionalidad de los caudales son graves obstáculos a su aprovechamiento.Aun así, la extracción de carbón posibilita en la segunda mitad del XIX la siderurgia asturiana, no obstante, sea necesario acudir a las importaciones para mejorar la producción de coque, y aunque se requieran medidas proteccionistas que primen al carbón nacional sobre el exterior.Este proceso se prolonga en la segunda mitad de siglo y cuaja definitivamente en el último tercio, una vez se ha acabado de tender la red ferroviaria, lo que asegura la casi total unidad del mercado interior.A mediados de siglo nace un pequeño espacio algodonero en seis núcleos guipuzcoanos.En cuanto al sector siderúrgico, durante la primera mitad del XIX se dibuja una triple localización.En 1832 se inaugura en Málaga el primer establecimiento moderno, que en una primera fase se instala en Marbella, utilizando el carbón vegetal, y en una segunda en la capital de la provincia, acudiendo al carbón de importación; esta segunda empresa empleará a unos 2 500 operarios.Entretanto, la siderurgia andaluza desaparece, debido a su alejamiento y dependencia de los altos costos del carbón.Así, a finales del período analizado, Guipúzcoa cuenta con cerca de 300 instalaciones metalúrgicas.Al margen de la metalurgia, se desarrollan otros sectores, entre los que ocupa un lugar importante el papel.En 1841, Tolosa, en el Valle del Oria, se convierte en un foco difusor que alcanza hasta el cinturón de San Sebastián, al ser creada en 1902 la Papelera Española.Se produce así una ampliación del mapa industrial, que queda formado por dos grandes ejes o zonas de elevada densidad industrial, el cantábrico y el mediterráneo, cuyos extremos coinciden con la Galicia costera y con Murcia.Al proteccionismo exacerbado se añaden los controles y la intervención del sector público en la actividad económica: precios, comercio exterior, inversiones, empleo, distribución de materias primas, etc., precisan autorización administrativa a la hora de instalar las industrias.Salvo el manganeso, los metales de aleación y los ligeros se encuentran en estado experimental.Como notable excepción tenemos el sector eléctrico, que se convierte en el motor esencial de la industrialización.Finalmente, la automoción destaca como la industria por excelencia de todo el período, por razón del empleo que genera y su efecto multiplicador.La expansión del sector químico aparece ligada a una mayor demanda de abonos nitrogenados.Al INI le sigue la iniciativa privada, como promotora de varias grandes empresas metalúrgicas.Iniciada por el Estado en 1940 para fomentar las industrias de interés nacional, Acción Concertada amplía desde 1964 su campo de acción al apoyo a los sectores básicos con estrangulamientos, en los que interviene el propio Estado a través del INI (siderurgia, construcción naval, y hulla -sector en el que fracasa-), y a la mejora de los sectores eléctrica, peletero, conservero y papelero.Todavía más espectacular fue el desarrollo de la industria química, tanto pesada como transformadora, que había alcanzado escasa importancia hasta este período.Las pautas de localización e interrelación industrial desvelan una estructura espacial caracterizada por dos componentes.Por otra parte, se formó una periferia interna de estructura discontinua estrechamente relacionada con el centro, adosada o situada entre las dos franjas costeras.Por lo que respecta a Baleares, se repite el modelo levantino autóctono (cuero, calzado y confección).La crisis añade en España un nuevo factor a los que actúan como agentes de la recesión en las economías occidentales.Aunque todo el sistema industrial haya sido afectado por la crisis, algunos sectores destacan con una mayor incidencia, y en ellos se centró la política de reconversión llevada a cabo por el Estado.También el sector de la confección y del calzado acusaron la crisis, aunque no con una intensidad constante.Pero tales oscilaciones no deben ocultar los impactos derivados del rápido proceso de apertura exterior e integración en los mercados internacionales, que supuso una brusca ruptura con el tradicional proteccionismo anterior y un difícil proceso de adaptación que finalmente logra alcanzar estabilidad.El impacto de la mundialización ha provocado una verdadera mutación interna que, en primer lugar, ha afectado la anterior jerarquía existente entre las diversas ramas industriales.
Explotación minera en Minas de Riotinto ( Huelva ).
Convertidor Bessemer , que mejoró la calidad del acero siderúrgico.
Carbón de tipo antracita explotado en las minas de Asturias y León .
Instalaciones de la Fábrica de La Felguera ( Asturias ) en la década de 1920.
Acción de la sociedad Altos Hornos de Vizcaya .
Hornos de coque en Avilés , Asturias , España (construidos por Ensidesa ).
Seat 600, coche símbolo de la motorización de España en los años 60.
Polígono industrial de Arganda del Rey (Madrid).
Antiguo Alto horno de Sestao , hoy en desuso. La industria siderúrgica se vio muy afectada por la reconversión en España.
Parque tecnológico de Albacete.
Desde 2010 los automóviles deportivos de lujo Tauro Sport Auto son fabricados en Valladolid .
La refinería de petróleo de Repsol , en el Polígono Industrial de Grela-Bens ( La Coruña ).
Complejo empresarial de las Cuatro Torres en Madrid.