[4] Estos nuevos ministros tomaron pronto conciencia de lo insostenible que era la situación económica, y empezaron a poner un poco de orden en la política económica y comenzaron a romper con la política autárquica franquista dominante hasta entonces.
Las medidas que tomó el plan fueron por una parte liberalizadoras y por otra una política de austeridad que se concretaron en: En definitiva, las medidas adoptadas en 1959 iban más allá de una simple búsqueda del equilibrio interno y externo que supone la estabilización y configuraba un plan de transformación estructural.
Se pretende lanzar una política anuladora de obstáculos para la liberalización de la economía, que estaba controlada férreamente por un Estado autoritario, una oligarquía militar y otra oligarquía religiosa que mediante las redes clientelares y la corrupción, no supo actuar debidamente.
En este sentido señala Tamames en su obra Introducción a la economía española que: "Sin la espita de la emigración, el paro se habría elevado a cifras muy importantes, las remesas de emigrantes no habrían alcanzado tan altos valores y tal vez se habría producido un retroceso en las medidas estabilizadoras".
Estas reformas fueron perdiendo vigor a medida que los desequilibrios exteriores se iban corrigiendo y permitió que se continuase con una economía de carácter corporativo, con mercados de escasa competencia.