Las crisis económicas son un ejemplo de inestabilidad económica general, donde se producen descensos más o menos pronunciados de la producción total y aumentos rápidos del desempleo.
En general se considera que la estabilidad económica es una situación deseable porque en un período de estabilidad la incertidumbre a la que se enfrentan los agentes económicos es mucho menor.
Un sistema financiero es estable cuando corrige autómáticamente los desequilibrios que surjan de manera endógena o como resultado sucesos adversos imprevisibles.
Cuando un sistema financiero es estable absorbe los desequilibrios principalmente a través de mecanismos autocorrectivos, evitando que los sucesos desfavorables afecten negativamente a la economía real o se extiendan sobre los mercados financieros.
Este postulado liberal fue discutido con éxito desde el keynesianismo como lo es hoy desde la Economía crítica.