Una cama es un mueble que se utiliza para acostarse a dormir o descansar,[1] aunque también suele usarse para otras actividades: leer, sentarse, mantener relaciones sexuales, comer, jugar, reposar en períodos de enfermedad, ver la televisión.
Un avance importante constituyó el elevarlas para evitar inundaciones, suciedades, infecciones o mordeduras de serpiente.
Para apoyar la cabeza, se suele colocar una almohada de material suave y acolchado en la parte superior del colchón.
El somier, incluso cuando estaba presente, sostenía la cama, pero no se consideraba parte de ella.
[6] Un cambio importante fue elevarlas del suelo, para evitar las corrientes de aire, la suciedad y las plagas.
Según algunos historiadores,[cita requerida] los griegos fueron los primeros que colocaron una especie de cabecero, más o menos elevado, sobre el armazón de la cama constituida por cuatro palos ensamblados, los cuales componían los montajes que sostenían la cama propiamente dicha.
Durante los primeros siglos de la Edad Media la cama tuvo una estructura muy sencilla en Occidente, siempre rectangular y con pies rectos.
Por el contrario, en lugares especialmente cálidos, las camas eran de materiales buenos conductores del calor para evitar sentirse rodeado de material aislante por la noche y disipar mejor el calor del cuerpo.
La cama puede dividirse en dos zonas principales: Los colchones pueden fabricarse con diversos materiales si bien el más extendido es el de muelles.