[5] Este proceso, espontáneo en sus inicios y con gentes de origen vasco-navarro, leonés y burgalés, fue regulado por el Concejo de Segovia a finales del siglo XIII, que llevó a cabo la organización del territorio.
[15] Así lo indicó ya el padre Martín Sarmiento en 1762, que derivó el término Escurial del bajo latín esculealis —adjetivo de esculus o aesculus—, del cual nació la voz esculeal, escurial y escorial, esto es, un terreno poblado de ésculos, carbajos o quejigos.
El drenaje en la zona es difícil debido a sus características graníticas, por lo que es habitual la acumulación de aguas en superficie.
[19] Respecto a la estratigrafía, la mayor parte del municipio se corresponde con niveles graníticos hercinianos de adamelitas; estos afloramientos paleozoicos se completan con sedimentos del Cuaternario a base de cantos, gravas y arenas en terrazas y depósitos aluviales.
[31] Las especies más abundantes en el municipio son las aves; entre ellas destaca la cigüeña blanca, con importantes colonias en los núcleos de La Granjilla y Monesterio.
Históricamente se constata a través de viejas crónicas la presencia del oso pardo y el lobo.
A ellos se unieron distintas obras o edificaciones públicas como la casa del Concejo, el pósito, el hospital, fuentes, y ya por iniciativa de Felipe II, la iglesia de San Bernabé.
La recuperación llegó gracias al ferrocarril; durante el reinado de Isabel II se llevó a cabo la construcción del tramo Villalba-Sanchidrián, perteneciente a la línea Madrid-Hendaya, lo que conllevó —al igual que en su momento la construcción del Monasterio— la llegada de ingenieros y trabajadores.
Ello se ha traducido en un importante incremento demográfico desde los años 1970, pero especialmente en los años 1990 y principios del siglo XXI, que ha duplicado su población; esto se ha visto favorecido por la llegada de población inmigrante y por el surgimiento de numerosas urbanizaciones en su territorio, que también permiten que la población se triplique durante el periodo estival.
[58] Asimismo, varios servicios de Media Distancia enlazan con Ávila, Burgos, Gijón, León, Oviedo, Palencia, Valladolid y Vitoria-Irún.
El resto de terreno se distribuía entre pastos (4632,1 ha), especies forestales (216,8 ha) y otros espacios no agrícolas (1327,7 ha).
Así, por ejemplo, la agricultura ha quedado como una actividad simbólica, ejemplificado en los huertos familiares del Ayuntamiento.
El industrial, de origen gallego, también creó un barrio obrero con viviendas, un almacén cooperativo, una tahona, una escuela y un pajar.
La empresa mantuvo su actividad hasta 1962 y como único vestigio permanecen los jardines que formaban parte del entorno de la fábrica.
[68] Solo un elemento, la bellota, se repitió en distintas construcciones, quizás en recuerdo del origen de su denominación.
La cubierta está formada por una bóveda de cañón en cuyo arranque se abren lunetos que facilitan la iluminación interior del templo.
La cabecera, rectangular, está conformada por una gran hornacina en la que, a un nivel más elevado, se sitúa el altar mayor.
En los laterales del templo se observa un primer cuerpo liso y contrafuertes que apoyan en el muro.
Antigua vivienda de un labrador, fue ocupada por los monjes a su llegada a El Escorial en 1562 y tras la adquisición del inmueble comenzaron las obras para su transformación en residencia conventual; desde entonces, y hasta 1571, albergó a la comunidad religiosa hasta que se trasladaron al Real Sitio y fue el aposento de Felipe II durante los primeros años de obras del Monasterio.
El monarca concedió al Monasterio la dehesa de Campillo, algo que ratificó en 1603 su sucesor, Felipe III.
El vestigio más importante de aquel periodo es la casa-fuerte, construida hacia 1440 por voluntad del entonces príncipe Enrique IV.
Construido en granito gris, a él se accede a través de un pórtico compuesto por tres peldaños, sobre los que se levantan cuatro columnas toscanas que sostienen el balcón del segundo piso.
[120] Otras construcciones relacionadas con las necesidades del Monasterio fueron los distintos molinos que se construyeron aprovechando la abundancia de agua en la zona.
[121] Sin embargo, por su lejanía del Monasterio quedó prácticamente abandonado, hasta que Jacome da Trezzo decidió usarlo para pulir tallas de jaspe y otras piedras preciosas que se utilizaban como ornamento en la Real Basílica.
Posteriormente las instalaciones de La Compaña, junto al Monasterio, acabaron albergando los servicios que prestaba este molino.
La fuente posee un frontón rematado por tres pedestales, coronados por bellotas; en el centro un escudo con dos leones y dos castillos.
[125] El municipio posee varios espacios destinados a usos culturales; así cuenta con una biblioteca pública municipal,[128] el centro municipal de exposiciones «Castilla» y un centro cultural, en el que además de celebrarse distintas actividades y talleres a lo largo del año sirve como sede a varias asociaciones culturales.
Todas estas posibilidades culinarias son difundidas por el Ayuntamiento a través de unas Jornadas Gastronómicas que tienen lugar cada año.
La Iglesia católica, si bien en un primer momento no se posicionó respecto a lo ocurrido, en 1985 afirmaba que no había constancia del carácter sobrenatural de las supuestas apariciones pero en 1994 el arzobispo Ángel Suquía reconoció a la asociación.
[162] Asimismo, en 2010 el arzobispo Rouco Varela permitió a sacerdotes y religiosos participar en los actos que se celebraban en la finca, y finalmente, en 2012, el mismo Rouco Varela autorizó la construcción de una capilla en Prado Nuevo.