El roleo es un elemento decorativo realizado mediante elementos enrollados que se puede disponer, pintados o esculpidos, en capiteles, dinteles, lienzos exteriores de los muros, recubrimientos de monumentos o en manuscritos iluminados, conteniendo fundamentalmente motivos vegetales y, a veces, animales o figuras.
En el mundo occidental europeo no dejó nunca de utilizarse.
Se empleó ampliamente durante el arte visigodo y, sirvió para decorar frisos y capiteles de las estructuras románicas o dinteles, paneles o frisos de edificios renacentistas, donde también aparecen pequeños animales o cabezas humanas.
[1] Posteriormente, se puede decir que fue una de las características decorativas del arte plateresco.
[2] El roleo experimentó un retorno a su forma más simple del estilo clásico en el siglo XVII, y en el XVIII se aplicó con mayor libertad, sin una repetición estricta de formas iguales.