Mercè Rodoreda

En 1931, Mercè Rodoreda empezó a recibir clases en el Liceo Dalmau donde mejoró su conocimiento de la lengua en manos del pedagogo y lingüista Delfín Dalmau, que le influyó enormemente y le estimuló a formarse, entre ambos surgió un gran vínculo de amistad.

Según Dalmau, Mercè Rodoreda era una alumna excepcional que poseía una plenitud espiritual y una prometedora alma de literata.

[14]​ Según reconoció el maestro Delfín Dalmau, esta obra también había sido realizada con las observaciones de Rodoreda.

[15]​ En el año 1932, se publicó la primera novela de Mercè Rodoreda, en la editorial Catalonia, titulada Sóc una dona honrada?

Posteriormente Rodoreda rechazaría esta novela junto con las otras tres anteriores por considerarlas fruto de la inexperiencia.

[11]​ El Premio Joan Crexells del año 1937 se otorgó a Mercè Rodoreda por su obra aún no publicada Aloma.

[25]​ Compartió casa con Anna Murià, Cesar August Jordana, Armand Obiols, Francesc Trabal y Carles Riba.

Josep Maria Esverd pudo conseguir una camioneta para huir de Francia; sin embargo, al día siguiente fue requisada por las tropas francesas.

El objetivo era atravesar el río Loira para poder entrar en la zona no ocupada, pero poco antes de llegar a Orleans la vieron en llamas y no quedaba ningún puente en pie en ese tramo del río Loira; en consecuencia, se desviaron de la ruta fijada.

En Burdeos vivió momentos muy duros y se dedicó a la costura, según palabras suyas, «hasta el embrutecimiento» en un almacén durante gran parte del día, un trabajo que no le dejaba tiempo para escribir.

Este fue su hogar durante ocho años y, de hecho, no se desligó totalmente hasta el año 1977.

Por esta razón, intensificó la creación poética y encontró en Josep Carner su maestro, con quien mantuvo una estrecha relación por correspondencia.

En el año 1951, interesada por las obras de pintores como Pablo Picasso, Paul Klee y Joan Miró , hizo algunas creaciones propias, en una carta a Armand Obiols del año 1954, explica que ya tiene un «estilo y un mundo» en la pintura, sin embargo reconoce que su lugar se encuentra en la escritura.

[38]​ Algunos de estos cuentos habían sido ya publicados en México durante el exilio en Francia, mientras que otros eran inéditos.

[40]​ Durante la larga estancia en Ginebra y por su afición a las plantas, creó un primer jardín que más adelante repetiría en Romanyá de la Selva.

El director, en aquel momento del club, Joan Sales quedó admirado por la novela de La Plaza del Diamante y empezó a mantener contacto por correspondencia con Mercè Rodoreda,[42]​ quien a partir de ese momento encontró en el Club editor un espacio donde publicar su obra literaria.

[49]​ Igualmente, Rodoreda abandonó el chalé de Manrubia en el cual había producido sus tres últimas obras y se trasladó en un pequeño chalé que se había podido construir en Romanyá mismo, al lado del de Manrubia.

[53]​[54]​ Su legado intelectual fue donado en herencia al Instituto de Estudios Catalanes que años después creó la Fundación Mercè Rodoreda.

Se aprecian sobre todo influencias de Marcel Proust, Joan Sales, Armand Obiols, Virginia Woolf, Thomas Mann, Víctor Català, Josep Carner y Delfín Dalmau.

Las protagonistas de sus obras son mujeres frágiles pero que al mismo tiempo demuestran una gran fuerza interior.

[60]​[59]​ Rodoreda supo describir como nadie la sociedad catalana del siglo XX y los cambios que en ella se producían.

[66]​ Sin abandonar estos referentes, crea un lenguaje simbólico, que pueda ser interpretado por el lector, sin demasiadas dificultades y presenta un alto grado de fabulación en muchas de sus obras, especialmente en sus últimas obras como Viatges i flors.

[70]​ Como por ejemplo, el personaje masculino del «Quimet» en La plaza del Diamante impide la realización personal de «Natalia», que se encuentra sometida a la dominación masculina de su marido y que incluso le llega a anular su propia identidad imponiéndole otra («La Colometa»).

Hasta que escribió El carrer de les Camèlies con «Cecilia C» no se da cuenta.

La obra poética de Mercè Rodoreda se concentró principalmente entre los años 1950 y 1960, hasta que la abandonó para dedicarse plenamente a la creación novelística.

La publicación ofrece ciento cinco poemas - 101 sonetos y cuatro canciones -, de los cuales la mayoría son inéditos.

[75]​ Según Abraham Mohino, los poemas de Mercè Rodoreda son «densos, herméticos, con un alto sentido trágico y muy bellos».

Su principal influencia en la expresión plástica fue Paul Klee y en menor medida Joan Miró, Jean Dubuffet, Kandinsky o Pablo Picasso.

En el año 1982, fue llevada a la gran pantalla La plaza del Diamante basada en la novela homónima de Rodoreda.

Los Premios Mercè Rodoreda son los galardones otorgados a los mejores trabajos y estudios de investigación sobre la narrativa catalana del siglo XX.

El puente de Beaugency .
El senyal (referencia a Demian de Hermann Hesse ), chalé de Romanyá de la Selva donde Rodoreda vivió de 1972 a 1980 y escribió sus últimas obras. ( mapa ).
Tumba de Mercè Rodoreda en el cementerio de Romanyá.
Recopilación del principal corpus narrativo de la autora.
Retrato de Mercè Rodoreda en un mural en Barcelona.
Estatua «La Colometa» de Xavier Medina-Campeny, en Barcelona.