Nacido Leiba Lázarevich Feldbin (Лейба Лазаревич Фельдбин), Orlov era un judío bielorruso.
Sus estudios, sin embargo, fueron cortados por el estallido de la Primera Guerra Mundial y su llamada a filas.
Al comenzar la Guerra civil rusa, Orlov se unió al Ejército Rojo y se convirtió en oficial de contrainteligencia en el frente polaco vecino a la ciudad de Kiev.
Planificó y condujo personalmente diversas operaciones de sabotaje en territorio enemigo.
En 1921, se retiró del ejército para reanudar sus estudios de derecho en Moscú.
Orlov trabajó varios años en el Alto Tribunal bolchevique bajo la tutela de Nikolái Krylenko.
Dos años después fue enviado a los Estados Unidos para establecer relaciones con sus parientes en aquel país y obtener un genuino pasaporte norteamericano que le permitiría viajar libremente por Europa.
Su operativo, llamado en clave EXPRESS, no tuvo éxito, por lo que en mayo de 1934 Orlov se reunió con su familia en Viena.
[3] En un informe a sus superiores en Moscú, fechado en agosto de 1937, Orlov perfilaba su plan para la captura y liquidación del socialista austriaco Kurt Landau.
Se cree que Nin fue trasladado a Alcalá de Henares, donde Orlov tenía su prisión particular instalada en la Catedral, y donde fue interrogado por los soviéticos, torturado, desollado y, posteriormente, asesinado en El Pardo.
[5] Aunque fue el principal oficial del NKVD en España, Orlov negaría más tarde su participación en estos y muchos otros asesinatos realizados por oficiales del NKVD y sus agentes.
Cuando fue invitado a reunirse en Amberes con un jefe anónimo del NKVD (que pensaba debía ser el asesino Serguéi Spigelglas) decidió desertar.
Mientras estuvo en Canadá, envió una carta al jefe del NKVD, Nikolái Yezhov, advirtiéndole que si él o su familia eran asesinados, todo lo que sabía sobre las operaciones de la inteligencia soviética saldría a la luz.
Es una historia extraoficial, escrita sin referencias a fuentes primarias o documentos, en ocasiones basada en rumores oídos al albur de un dispensador de agua del NKVD o en un café francés y cita diálogos con frecuencia.
Además, en un momento en que el comunismo aún mantenía un elevado prestigio internacional, Orlov perfilaba el más abyecto despotismo, una era de crimen y duplicidad sin precedentes, en que los rumores más descabellados podían ser ciertos, y las confesiones juradas solían ser completamente falsas.
Este autor es un reputado historiador británico, ha manejado fuentes primarias y no es nada sospechoso de estalinista.
Al final, este hombre solitario nunca renunció en su desprecio hacia Stalin.
UU. en 2004 por su seguidor legal, el exagente especial del FBI Ed Gazur.