Pável Sudoplátov

La Lubianka y el Kremlin 1930-1950 se titula La inteligencia soviética en España (Советская разведка в Испании).

En junio de 1919, abandonó Melitópol y se unió a un regimiento del Ejército Rojo, participando durante la Guerra civil rusa en batallas contra el Ejército Blanco y la República Popular Ucraniana.

Después de que el Ejército Rojo ocupara la ciudad, se reincorporó a éste.

En 1922, trabajó en las Tropas Fronterizas, y un año después, en la organización juvenil del Partido Comunista, el Komsomol.

En 1926, se casó con Emma Kagánova, una muchacha judía originaria de Gómel (y quien fue posteriormente tenienta coronela del NKVD).

Posteriormente, se estableció como objetivo principal eliminar a Konovalets para decapitar al movimiento nacionalista ucraniano y terminar debilitándolo por conflictos entre sus facciones internas.

Debido a que Konovalets era muy aficionado al chocolate, se ideó un plan para eliminarlo mediante un artefacto explosivo oculto en una caja de bombones, el cual se activaría al ser colocada la caja en posición vertical.

[10]​ Entonces se puso en marcha la operación; el 23 de mayo de 1938, Sudoplátov llegó en barco a Róterdam, Países Bajos, lugar donde acordó reunirse con Konovalets a las 12 del mediodía.

Se reunieron en una cafetería, donde conversaron un rato, y Sudoplátov le entregó la caja de bombones, dejándola sobre la mesa en posición vertical.

Acordaron encontrarse nuevamente esa misma tarde, y Sudoplátov se retiró del lugar, alegando que debía volver al barco.

Una vez reunido con su contacto en París, se dirigió hacia Barcelona, España, antes de regresar a su país.

Para ello, Ramón había recibido con anterioridad adiestramiento como agente especial en la Unión Soviética.

Con apoyo de Sudoplátov y Eitingon, Mercader se hizo pasar por un supuesto periodista llamado Jacques Mornard, e inició una relación sentimental con Silvia Ageloff, amiga del exrevolucionario, lo que le permitió infiltrarse en el círculo íntimo de Trotski.

A finales de junio de 1941, Beria ordenó a Sudoplátov reunirse con el embajador búlgaro en Moscú, Iván Stamenov, para preguntarle bajo qué condiciones y negociaciones podía Hitler detener la ofensiva contra la URSS, aunque posteriormente reveló que en realidad solo buscaba desinformar a los alemanes y ganar tiempo para obtener recursos y realizar movilizaciones.

Sudoplátov se casó con la también agente del NKVD Emma Kagánova, con quien tuvo dos hijos, Andréi y Anatoli.

[24]​Además, en 2022, por iniciativa de la Sociedad Histórica Militar Rusa, se erigió en esta ciudad un monumento a Sudoplátov y una placa conmemorativa, así como una calle con su nombre.

Sudoplátov en 1940.