Tenía talento para los idiomas, aprendiendo alemán, esperanto, polaco y ucraniano.
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial Kuznetsov pidió ser mandado a las guerrillas que operaban en la Ucrania ocupada.
Participó en varias operaciones incluyendo el asesinato y secuestro de varios altos oficiales alemanes en las zonas de Rivne y Leópolis.
[3] La versión soviética fue que al ser capturado por los nacionalistas, y vista su situación, se suicida con una granada, matando a sus captores.
Sus restos descansan hoy en la Colina de la Gloria en Leópolis, Ucrania.