Por otra parte, los dirigentes extranjeros que son aún tenaces seguidores de Stalin, como los chinos y los albaneses, tienen un fuerte descontento con este cuestionamiento público.
La desestalinización será un elemento que en 1960 causará la ruptura política entre la URSS y la República Popular China (donde Mao acusa a Jruschov de "traición al comunismo").
Esto marca también los límites de la desestalinización: Jruschov ordena al Ejército Soviético invadir Hungría y reprimir violentamente a los sublevados.
Las decisiones tomadas por el XX Congreso significaron un giro en la política social del PCUS que condujo a varias medidas de índole social y política, así como a la abolición o modificación de varias leyes represivas.
En 1964, Jruschov se vio obligado a dimitir por presión del Comité Central del PCUS y la desestalinización se suspende repentinamente con el ascenso al poder de Leonid Brézhnev.
Pese a sus importantes méritos, para muchos miembros de la élite del Partido Comunista y del aparato administrativo soviético, al final de su mandato Jruschov había ido demasiado lejos.
Su hijo Serguéi registró con una grabadora las memorias de su padre que, sacadas clandestinamente del país, se publicaron en Occidente.
Por otra parte, está claro que no solo tuvo grandes éxitos, sino también graves errores en todos los campos: en la política, en la economía, en temas personales.
En 1962, con el deshielo en franco declive, Jruschov, en compañía de otros miembros del Comité Central del PCUS, visitó la primera exposición permitida de artistas soviéticos vanguardistas (en oposición al realismo socialista oficial) donde, empleando un lenguaje grosero, se mostró enfurecido con las obras expuestas.
Tras la muerte de Jruschov, fueron sus familiares quienes encargaron al escultor la realización del monumento funerario.