Viajes y flores

Perteneciente a la última etapa de la escritora, que fue marcada por su regreso a Cataluña tras un largo exilio, la obra ha sido considerada una producción menor dentro, un preludio de obras más serias.

La obra se divide en dos partes: Viajes a varios pueblos y Flores de verdad.

Ambas partes son narraciones breves, fantasiosas, que recogen experiencias temporales y espaciales de la autora.

Por ejemplo, Villalonga ha explicado en diversos trabajos que Viaje al pueblo del miedo es un retrato en muchos momentos fiel del chalet "La Señal" (hoy "La Señal Vieja"), donde vivían Manrubia y Rodoreda.

Se describe el jardín y la casa, además del pueblo de Romanyá, todo culminado por el sentimiento que Rodoreda había descubierto en las Gavarres y que años antes ya había dejado escrito en Cuadernos para el diálogo.