Cecilia, es una niña abandonada, criada por unos padres adoptivos que la acogen en su casa cuando la encuentran en la calle.
Este abandono hace que la niña se sienta extraña, perdida y marginada en medio de la familia que la acoge y busque continuamente su lugar en el mundo.
Un viaje por la vida a través de continuas relaciones intensas, dolorosas y crueles que le permitirán, al final y después de muchos sufrimientos, ser una mujer completa, madura e independiente.
La novela está escrita en primera persona por una narradora que, a su vez, es la protagonista.
Esta impresión de vida contada, (escritura hablada) gana proximidad y verosimilitud gracias al estilo coloquial que utiliza siempre Rodoreda en este tipo de novelas.