Puesto que estos sitios no se podían clasificar como mesopotámicos, norteafricanos o árabes, comenzaron a ser llamados levantinos.
Los límites entre las placas tectónicas siguen la línea Azores, Gibraltar, África del norte, mar Rojo, e Irán.
[1] Los países del Levante son sobre todo áridos o semiáridos, sometidos a frecuentes sequías; no obstante, existen extensiones de bosques y valles fértiles.
La cultura Kebariense prosperó, y dio lugar más tarde a la Natufiense, (10 500-8500 a. C.), que se extendió por toda la región levantina.
En Sumeria, en el sur de Irak, cada ciudad tenía un dios como patrón, que era adorado en un templo central llamado zigurat, y era gobernada por un rey sacerdote (ishaku).
Por entonces los pueblos sumerios del sur de Mesopotamia estaban organizados en ciudades estado, como Ur y Uruk, que en el siglo XVI a. C. habían comenzado a mezclarse en unidades políticas mayores.
[11] Este proceso llegó a su conclusión natural con el desarrollo de los primeros imperios alrededor del siglo XXIV a. C.; Sargón de Acad y sus sucesores dominaron la región y establecieron la hegemonía sobre los sumerios, extendiendo el control sobre Siria, hasta la costa.
Durante este tiempo continuó entendiéndose la cultura de Khirbet Kerak, mostrando afinidades con los pueblos caucásicos y los hurritas.
Todas estas civilizaciones se dieron en valles fértiles donde la agricultura es relativamente fácil por la irrigación conseguida por medio de presas que controlen las inundaciones.
Los caballos y los carros requieren mucho tiempo para su cuidado, así que su uso fue confiado principalmente a un pequeño grupo, la nobleza.
Seguía habiendo algunos centros hititas en el norte de Siria, junto con algunos puertos fenicios en Canaán, que escaparon a la destrucción y se convirtieron en grandes potencias comerciales.
A partir del siglo V a. C., los persas hicieron varias tentativas fracasadas de conquistar Grecia.
Los antígonos se estableció en Macedonia, los ptolomeos en Egipto, y varios pequeños principados aparecieron en el norte de Anatolia.
En este período el zoroastrismo se convirtió en una religión organizada muy unida a los dirigentes del nuevo estado.
Incapaz parar su avance, Cosroes II fue asesinado y el imperio de sasánida cayó en la anarquía.
El califato fue asumido por Ali, pero pronto estalló la guerra civil, la llamada primera Fitna, que acabó sin resultados.
A su muerte volvieron las luchas por la sucesión, siendo nombrado Califa su hijo Harún al-Rashid (786-809), que representa la Edad de Oro del Islam.
El emperador bizantino Nicéforo I rehusó pagar tributo, los bereberes se rebelaron en Ifriqiya, Idris fundó un reino independiente en Fez.
Su hijo, al-Hákim enloqueció, dictó normas arbitrarias que consiguieron enfrentarle con sus ministros, se formaron facciones en el ejército y acabó con la tolerancia religiosa: destruyó la iglesia del Santo Sepulcro, que fue el motivo alegado para las invasiones europeas.
[27] La toma de Jerusalén conmocionó a Europa y el papa Gregorio VIII convocó una nueva cruzada.
En 1250 constituyeron un sultanato en Oriente Medio que se extendió por Egipto, Palestina, Siria y las costas del mar Rojo hasta 1517.
Su igual procedencia, lengua, condición militar y su prestigio en el arte de la guerra los convirtió en un poder en sí mismo que no tardó en formar su propio sultanato, instalado en Egipto.
De los cuarenta y cinco sultanes del periodo mameluco, veintidós accedieron al poder por métodos violentos.
[27] En el siglo XV, surgió un nuevo poder en Anatolia, los emires otomanos, que en 1453 conquistaron la capital bizantina de Constantinopla y se proclamaron sultanes.
Los mamelucos los mantuvieron fuera del Oriente Próximo durante un siglo, pero en 1514 Selim el Severo comenzó la conquista sistemática de la región.
En el siglo XVII, Europa había alcanzado al mundo musulmán en abundancia, población y, más importante, en tecnología.
Para ello se animó al patriarca ortodoxo griego, al católico armenio (1461) y al rabino judío para que se establecieran en Estambul, y se les permitió convertirse en jefes tanto civiles como religiosos de sus seguidores, constituidos en comunidades autónomas y autónomas llamadas millet, que fueron las unidades de gobierno básico de las comunidades no musulmanas dentro del Imperio.
[31] Además, la occidentalización del mundo islámico creó ejércitos profesionales conducidos por oficiales dispuestos a tomar el poder para sí mismos, un problema que se ha mantenido desde entonces.
En 1967 tuvo lugar la guerra de los Seis Días, en la cual Israel derrotó a la coalición árabe formada por Egipto, Jordania, Irak y Siria.
Egipto y Siria intentaron recuperar sus territorios en 1973, durante la llamada guerra de Yom Kipur o del Ramadán, sin conseguirlo.