Se originó por las divergencias en cuanto a la muerte y sucesión del anterior califa Uthman.
Significó la primera división religiosa de la Umma entre los que más tarde se denominarían suníes, chiíes y jariyíes.
Los tres jefes rebeldes con unos centenares de seguidores fueron a Irak, donde esperaban encontrar apoyo y dinero.
Alí intentó hacer entrar en razón a Muawiya, miembro del clan de Uthman, los Banū Umayyah u omeyas.
Muawiya llevaba la peor parte y ya habían muerto unos setenta mil hombres, cuando fue aconsejado por Amr ibn al-As de colgar folios del Corán en las lanzas de sus soldados, hecho que fue considerado como una invitación a resolver el conflicto consultando el libro sagrado; la cuestión fue sometida a arbitraje.
En la reunión de Adhruh, en enero del 659, se hizo público el veredicto: Uthman ibn Affan había sido asesinado injustamente.
En el 660 Medina y La Meca fueron ocupadas por el general omeya Buixr ibn Artat, que siguió avanzando hacia Yemen.
Alí sobrevivió al ataque dos días más y murió a los 62 o 63 años.