Desde ese momento en adelante, este lugar fue conocido como la Harra por excelencia.
Durante el gobierno de Muawiya I, algunos alawíes rehusaron prestar juramento al presunto heredero Yazid I, y ya con la muerte del califa, en el 680, ratificaron la no aceptación de Yazid, encabezados por Husayn ibn Ali.
Para escapar de las persecuciones omeyas los alawíes huyeron a La Meca.
Tras la muerte de Hussayn en la batalla de Kerbala, Abd Allah ibn al-Zubayr empezó a reclutar partidarios, y una tropa encabezada por Múslim ibn Uqba al-Murrí fue enviada a Medina para poner fin a la actividad rebelde.
Yazid I envió contra los rebeldes a Múslim ibn Uqba al-Murrí con un ejército sirio de doce mil hombres que derrotó a los medineses [4] en al Harra el 27 de agosto de 683, y saqueó la ciudad durante tres días.