[1] Después del asesinato de Uthmán ibn Affan, la gente en Medina le juró lealtad a Ali como el nuevo califa musulmán.
Ali, sin embargo, solo tenía partidarios en Medina y en Kufa, y su elección como califa produjo inmediata oposición en otras áreas del califato, particularmente en el Levante, donde el gobernador Omeya de Siria, Muawiya, se rehusó a jurarle lealtad, bajo el pretexto de que no había hecho suficiente para evitar el asesinato de Uthmán, ni había castigado a sus asesinos.
Los dos habían querido ser nombrados califas, pretensión que se vio frustrada con la disputada elección de Ali.
En La Meca, entre tanto, la sede del poder coraichita, Aisha se había rehusado a aceptar la elección de Ali y le había culpado directamente del asesinato de Uthmán.
[4] Pronto los opositores liderados por Talhah y Al-Zubayr empezaron a planear un ataque contra Ali en Medina, pero sabiendo que allí Ali tenía un enorme soporte cambiaron sus planes y decidieron marchar a Basora, Irak, en cambio.
Fue allí cuando le pidieron a Aisha que les acompañara, por su inmenso prestigio como Madre de los Fieles.
[6][7] Mientras pasaban por Medina, de camino a Irak, Aisha, Talha y Zubair pasaron junto a un grupo de omeyas que salían de Medina, encabezados por Marwán, quien les dijo que las personas que habían matado a Uthmán también les habían causado problemas.
Los Bani Bakr, la tribu que una vez estuvo dirigida por el segundo califa, Úmar, se unieron al ejército de Ali.
[8] Uno de los jefes se puso en contacto con Ali para resolver el asunto.
[8] De acuerdo con algunas tradiciones, Ali no quería luchar y accedió a negociar.
El primo de Ali, Zubair, le dijo: "¡Qué tragedia que los musulmanes que habían adquirido la fuerza de una roca vayan a ser aplastados al chocar entre sí!
Aisha y sus partidarios querían la dimisión de Ali y que se convocara una shura para escoger un nuevo califa, en tanto que Ali se consideraba el legítimo califa, independientemente de la amplia oposición coraichita.
Aisha huyó del howdah perforado por flechas y fue capturada por las fuerzas de Ali.
[24] El hermano de Aisha Muhammad ibn Abi Bakr, que era un comandante en las fuerzas de Ali, se acercó a Aisha y la apresó, que tenía 45 años.
En la tradición suní, Aisha se ve como la esposa favorita de Mahoma, la hija del primer califa sunita, Abu Bakr.