Asedio de Uthmán

Uthmán Ibn Affán, el tercer califa Rashidun, fue asesinado al final de un asedio a su casa.La muerte de Uthmán tuvo un efecto polarizador en el mundo musulmán en ese momento.[1]​ La insatisfacción con su régimen y con los gobiernos por él nombrados no se limitó a las provincias fuera de Arabia.[7]​ Algunos académicos modernos como R. E. Brunnow trazan los orígenes de los Qurra y los jariyitas a la estirpe de beduinos y tribus del desierto, que se habían convertido en soldados no por compromiso con el Islam, sino para tener parte en el botín.Los otros miembros de las tribus Ridda en Kufa en Mesopotamia, estaban molestos con la posición especial dada a los Qurra.Por lo tanto, los Qurra se sintieron obligados a defender su posición en la nueva pero rápidamente cambiante sociedad.Cuando rebeldes egipcios se reunieron cerca de Medina, Uthmán le pidió a Ali que hablara con ellos.Los delegados de los emigrantes encabezados por Ali, junto a los delegados de los Ansar encabezados por Muhammad Ibn Maslamah se reunieron con ellos y los persuadieron para que regresaran prometiéndoles en nombre del califa una reparación por todos sus agravios y accediendo a actuar como garantes.Los historiadores consideran ahora que la carta no fue escrita por Uthmán, sino por su secretario, Marwán ibn Al-Hakam.Ali parece haber roto con Uthmán desesperado por su propia incapacidad para romper con la influencia de Marwán sobre el califa.[19]​ Trató de mitigar la severidad del asedio insistiendo en que se le permitiera a Uthmán tener agua.[23]​ El primer viernes después del asedio, Uthmán se dirigió a la congregación en la mezquita.Había expresado su disposición a resolver los legítimos agravios de la gente, si es que los hubiera.Señaló que las potencias extranjeras resentidas por la derrota infligida por las armas musulmanas habían patrocinado algunas conspiraciones para subvertir el Islam.Advirtió a la gente que no fueran títeres de los enemigos del islam.[cita requerida] Se relata que, durante el curso del asedio, Mugheera bin Shu'ba fue a Uthmán y le propuso tres cursos de acción: En primer lugar, salir y luchar contra los rebeldes, en segundo lugar, montarse en un camello e irse a La Meca y en tercer lugar mudarse a Siria.Rechazó la primera propuesta diciendo que no quería ser el primer califa durante cuyo periodo se derramara sangre.Rechazó la segunda propuesta de escapar a La Meca alegando que había escuchado de Mahoma que un hombre coraichita sería enterrado en La Meca sobre quien ocurriría la mitad del castigo del mundo, y no quería ser esa persona.Mahoma había dicho: "Si deseas, podemos enviarte ayuda o si quieres puedes romper tu ayuno con nosotros esta noche.Eso le hizo saber a Uthmán que era su último día de vida.[26]​ : 216 Los amotinados intentaron entonces decapitar el cadáver de Uthmán, pero sus dos viudas, Na'ila y Umm al-Banin, se arrojaron sobre el cuerpo gritando, golpeándose la cara y rasgándose la ropa, hasta que los amotinados cambiaron de opinión.Según algunas tradiciones, el Corán manchado en sangre que estaba recitando todavía se conserva en un museo en Tashkent hoy.
Tumba otomana en Baqi