El núcleo del zigurat –la parte no expuesta a la intemperie– estaba construido de ladrillos secados al sol (adobe), mientras que la parte exterior estaba revestida de ladrillos cocidos, los cuales podían además estar vitrificados en diferentes colores; el acceso se realizaba mediante escaleras situadas en los lados del zigurat o que ascendían en espiral hasta la cima.
Un ejemplo de un gran y complejo zigurat es el Etemenanki, templo dedicado a Marduk en Babilonia, Mesopotamia.
Etemenanki, el nombre de la estructura, es una palabra sumeria que significa la fundación del cielo y la Tierra.
Probablemente construida por Hammurabi, en su base se han encontrado restos de anteriores zigurats y otras estructuras.
Gracias al zigurat, la gente podía estar cerca de los dioses.
En total se conocen 32 zigurats; cuatro de ellos están en Irán y el resto principalmente en Irak.