Desobediencia civil

La desobediencia civil puede definirse como "cualquier acto o proceso de oposición pública a una ley o una política adoptada por un gobierno establecido, cuando el autor tiene conciencia de que sus actos son ilegales o de discutible legalidad, y es llevada a cabo y mantenida para conseguir unos fines sociales concretos".

La desobediencia civil puede definirse como "cualquier acto o proceso de oposición pública a una ley o una política adoptada por un gobierno establecido, cuando el autor tiene conciencia de que sus actos son ilegales o de discutible legalidad, y es llevada a cabo y mantenida para conseguir unos fines sociales concretos".

"[1]​ Otra forma de definir la desobediencia al Derecho (aunque en el fondo con un sentido similar), sería la siguiente: "Entiendo por desobediencia civil en sentido amplio aquellas formas de insumisión al Derecho motivadas por consideraciones políticas o morales que, no obstante ilícitas, guardan una mínima lealtad constitucional, es decir, aceptan el sistema de legitimidad democrático como el más correcto para la adopción de las decisiones colectivas".

Y en particular en la lealtad hacia las reglas del juego del orden constitucional: la desobediencia civil no es revolucionaria, ni pretende imponer su criterio a la mayoría, sino que respeta las reglas democráticas de cambio político.

Los activistas buscan influir no solo en sus gobernantes, sino también (y sobre todo) en la opinión pública.

Por ello la desobediencia civil suele ser, asimismo, colectiva, y no individual.

Quien acepta pacífica y disciplinadamente la sanción que conlleva su comportamiento ilegal está afirmando con ello su respeto por el conjunto del ordenamiento constitucional y por las reglas del juego democrático.

La aceptación voluntaria del castigo sirve, además, para diferenciar la desobediencia moralmente motivada de la infracción interesada u oportunista.

El uso descontrolado y masivo de la fuerza física es incompatible con la desobediencia civil.

[12]​ El ensayista y filósofo libertario estadounidense Henry David Thoreau fue arrestado tras negarse a pagar impuestos al gobierno de los Estados Unidos en 1846.

Sin embargo, este ensayo es más conocido por el título que se le dio a una antología publicada dos años después de su muerte (1866) bajo el nombre de Desobediencia civil,[8]​ que influyó en personajes como León Tolstoy, Gandhi y Martin Luther King.

En concreto, Thoreau fue detenido y encarcelado en Concord, en el verano de 1846, pasando una sola noche en prisión.

Las ideas e intenciones de Thoreau iban más allá del egoísmo individualista (es decir, no era solo por no querer pagar ese impuesto), sino que cuestionaba la conformidad del gobierno para cobrar impuestos que financiaban una guerra que él consideraba injusta, máxime cuando ese mismo gobierno avalaba la esclavitud.

[1]​ Durante el marco histórico de la humanidad se presentan tres desobedientes ilustres.

Estos son Henry David Thoreau en Estados Unidos; Mahatma Gandhi en India y Desmond Tutu en Sudáfrica.

[13]​ El hindú Mahatma Gandhi usó esta estrategia en la India, siendo ésta todavía una colonia del Imperio Británico, con el objetivo de lograr la independencia de forma no violenta.

[1]​ Otra personalidad destacada en la práctica de la desobediencia civil fue el estadounidense Martin Luther King, líder del Movimiento por los Derechos Civiles, quien predicaba la transgresión pública de las leyes racistas impuestas en su país contra los afroamericanos.

[8]​[17]​ Asimismo, el Plantón 420 frente al Senado Mexicano es denominado por sus asistentes como un acto de desobediencia civil.

Activista cívico contra la guerra es arrestado por desobediencia civil en las escaleras de la Corte Suprema de Estados Unidos en Washington D. C. , en febrero de 2005.
Manifestación con mensajes favorables a la Desobediencia civil e imágenes de Martín Luther King y Henri David Thoreau.